30/12/2020, 17:30
(Última modificación: 30/12/2020, 18:40 por Uzumaki Eri. Editado 2 veces en total.)
Eri escuchó, nerviosa, como la niña le explicaba que había visto a su amigo ir desde su casa hacia el parque por la ventana. ¿Cómo habría desaparecido si ella había estado mirando todo el tiempo? Algo tendría que pasar en el parque si ya habían desaparecido dos niños en él.
«Pero la pelota seguía allí... ¿Y si lo raptaron antes de llegar a él?»
El trayecto no parecía muy largo, y a Eri eso se le antojaba cada vez más extraño. Miró hacia donde se encontraba la plaza. ¿Alguien podría haber visto algo? Volvió a mirar al parque. ¿Y si el árbol tenía algo que ver? Se mordía el labio inferior cada vez más fuerte.
—No te preocupes, pequeña —intentó serenar a la chiquilla, aunque la que tenía que tranquilizarse era ella misma—. Vuelve a casa, rescataremos a tu amigo —le sacó el pulgar derecho y esperó a poder verla volver a casa sana y salva para continuar. Tenía que volver a inspeccionar el parque.
Sin embargo, mientras miraba a la niña, la voz de uno de sus compañeros resonó por el sello que había implantado en los tres. Ella se llevó una mano a éste, como si así le costase menos escuchar.
—Estoy en la casa del primer desaparecido, un señor mayor que se dedicaba al negocio de las calabazas. La casa está patas arriba, hay un charco de sangre y está todo destrozado. No sé si logró escapar con vida, pues no hay rastro alguno de su cuerpo, pero no creo que se trate de una opción realista. Sobre nuestro enemigo... Habría que considerar que se trate de un shinobi o de un samurái, en la cama del señor Waka he encontrado claros signos de ataques con katanas o algo similar. ¿Vosotros habéis dado con algo?
Pero antes de que pudiera contestar, nuevamente el sello brilló y la voz de Daruu fue la que habló esa vez.
—Chicos, he seguido el rastro de Negoba y he encontrado una cueva en lo más profundo del bosque, al este desde su casa. Si en media hora no tenéis noticias mías, venid para acá. Intentaría registrar el interior con el Byakugan, pero está muy oscuro y no veo una mierda.
«¡Por fin! ¡Pistas!»
—Chicos, un momento—cortó antes de que Daruu se despidiera—. Yo he descubierto que han raptado a una nueva víctima, el niño que nos había asustado al llegar a Yachi para ser más concretos; justo en el parque donde estaba investigando o cerca de él —explicó—. Pero no encuentro nada por aquí cerca... Daruu —llamó Eri—. Voy a ir para allá, ¿dices que está oscuro? Buscaré algún trasto para alumbrar la cueva.
Dejó el sello para escuchar lo que ellos dijesen a continuación. Luego iría a preguntar a la chiquilla si tenía alguna linterna, o algo.
«Pero la pelota seguía allí... ¿Y si lo raptaron antes de llegar a él?»
El trayecto no parecía muy largo, y a Eri eso se le antojaba cada vez más extraño. Miró hacia donde se encontraba la plaza. ¿Alguien podría haber visto algo? Volvió a mirar al parque. ¿Y si el árbol tenía algo que ver? Se mordía el labio inferior cada vez más fuerte.
—No te preocupes, pequeña —intentó serenar a la chiquilla, aunque la que tenía que tranquilizarse era ella misma—. Vuelve a casa, rescataremos a tu amigo —le sacó el pulgar derecho y esperó a poder verla volver a casa sana y salva para continuar. Tenía que volver a inspeccionar el parque.
Sin embargo, mientras miraba a la niña, la voz de uno de sus compañeros resonó por el sello que había implantado en los tres. Ella se llevó una mano a éste, como si así le costase menos escuchar.
—Estoy en la casa del primer desaparecido, un señor mayor que se dedicaba al negocio de las calabazas. La casa está patas arriba, hay un charco de sangre y está todo destrozado. No sé si logró escapar con vida, pues no hay rastro alguno de su cuerpo, pero no creo que se trate de una opción realista. Sobre nuestro enemigo... Habría que considerar que se trate de un shinobi o de un samurái, en la cama del señor Waka he encontrado claros signos de ataques con katanas o algo similar. ¿Vosotros habéis dado con algo?
Pero antes de que pudiera contestar, nuevamente el sello brilló y la voz de Daruu fue la que habló esa vez.
—Chicos, he seguido el rastro de Negoba y he encontrado una cueva en lo más profundo del bosque, al este desde su casa. Si en media hora no tenéis noticias mías, venid para acá. Intentaría registrar el interior con el Byakugan, pero está muy oscuro y no veo una mierda.
«¡Por fin! ¡Pistas!»
—Chicos, un momento—cortó antes de que Daruu se despidiera—. Yo he descubierto que han raptado a una nueva víctima, el niño que nos había asustado al llegar a Yachi para ser más concretos; justo en el parque donde estaba investigando o cerca de él —explicó—. Pero no encuentro nada por aquí cerca... Daruu —llamó Eri—. Voy a ir para allá, ¿dices que está oscuro? Buscaré algún trasto para alumbrar la cueva.
Dejó el sello para escuchar lo que ellos dijesen a continuación. Luego iría a preguntar a la chiquilla si tenía alguna linterna, o algo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)