13/01/2021, 19:16
Lo de Datsue, un truco. Un as bajo la manga. No se podía esperar menos de él, claro, y a Kaido no le pareció extraño que en las condiciones dadas, el cabrón apenas fuera abrigado. Si es que hasta parecía un ciudadano digno de Amegakure. Porque los de Amegakure no poseían un truco, sino un don. Una Bendición propiciada por el mismísimo Amenokami. El toque de la lluvia, le llamaban algunos. Una capacidad innata de resistir y dominar climas torrenciales, sin que sus cuerpos sintieran las secuelas del frío incluso bajo la tormenta más furiosa. Los de Ame nacen, viven y mueren bajo la lluvia. La lluvia es, sencillamente, una extensión más de sus propios ser.
Umikiba Kaido miró la cabeza de Kouta, bajo sus pies, un tanto confundido por el comentario del Uchiha.
—¿Y qué fue lo que le sucedió exactamente como para que alguien tuviera que trabajar en la testa de Sumizu?
Umikiba Kaido miró la cabeza de Kouta, bajo sus pies, un tanto confundido por el comentario del Uchiha.
—¿Y qué fue lo que le sucedió exactamente como para que alguien tuviera que trabajar en la testa de Sumizu?