14/01/2021, 21:40
Yuki dio un brinco en cuanto vio a una kunoichi de Uzushio materializarse frente a él. Bueno, en realidad había sido al revés, pero todo en esta vida es relativo.
—¿Quién nyeres? —preguntó, de inmediato, y se plantó delante del niño—. ¿¡Amiga o enyemiga!? —exigió.
«¿Amiga de Nyaruu?», pensó Yuki, después de que Eri se explicara y se agachase lentamente. El crío se relajó, e indicó al otro chaval que se largase de allí.
»Sigue recto y ten cuidado, nyegarás al pueblo —le dijo.
¡Puff!
El niño que Eri tenía delante estalló en una nube de humo y se transformó en algo blanco, peludo y pequeño que se encaramó ágilmente por su pierna derecha y se le subió al hombro. Levantando una pata, el gato blanco que antes era un niño apuntó hacia adelante con una pata y habló:
»Nyaruu está en peligro. ¡Por nyallí!
Daruu estaba en un considerable peligro.
Aquella masa de chakra heterogéneo resultó ser un enemigo —o al menos, contenía el chakra de un enemigo— al que Daruu se había enfrentado ya. Bueno, si es que ser poseído por algo era enfrentarse a ello. Se trataba de un shinigami, que estuvo a punto de hacerse con su cuerpo. Un grupo de cultistas lo había liberado hacía ya dos años en el Cementerio del Gobi. Por lo visto, la aldea no había hecho avances al respecto.
¡BAM! Cualquiera se habría dado la vuelta, pero los ojos de Daruu veían más allá de su espalda. Aún así, el Hyūga dio un brinco cuando el monstruo taponó la entrada. Esquivó el ataque que vino más tarde ladeando el torso hacia la izquierda y dando un rápido pero bajo salto hacia atrás. Apretó los dientes y tragó saliva.
Entonces se dio cuenta de que en realidad la descripción no cuadraba con el aspecto que tomó él cuando le poseyó el shinigami. «¿Esta vez poseyó a alguien "digno" o no se trata de eso?» Tragó saliva y sintió un escalofrío. Un bijū era un ser mítico pero un shinigami desde luego también lo era, quizás más que el mismo bijū. Si Kurama podía implantar sellos que le hacían a uno recibir su chakra y hablar a través de él, ¿podría el shinigami hacerlo? ¿Estaba ante un "General de la Blanca Muerte"?
De momento, no parecía hablar como él ni haberle reconocido. Eso era una buena señal. Recordar la impresión que le dió aquél espíritu hacía que sus rodillas temblasen.
El Hyūga habló por el Sello de la Hermandad Intrépida.
—Me ha dejado encerrado con él aquí dentro. Dejo este canal abierto, si dejáis de recibir noticias mías, largáos y pedid refuerzos a Amegakure de mi parte. Decidles que se trata del shinigami.
«Guau, imagínate oír eso, así tal cual.»
Daruu antepuso su espada por delante de él y desactivó la capa de electricidad. Intentó caminar lentamente, alejándose un poco de la roca.
»Eri, necesito tu fūinjutsu. —La última vez, él y Rōga habían llegado a la conclusión de que necesitarían de técnicas de sellado para vencer al shinigami. Si ese hombre estaba poseído por el espíritu...
—¿Quién nyeres? —preguntó, de inmediato, y se plantó delante del niño—. ¿¡Amiga o enyemiga!? —exigió.
«¿Amiga de Nyaruu?», pensó Yuki, después de que Eri se explicara y se agachase lentamente. El crío se relajó, e indicó al otro chaval que se largase de allí.
»Sigue recto y ten cuidado, nyegarás al pueblo —le dijo.
¡Puff!
El niño que Eri tenía delante estalló en una nube de humo y se transformó en algo blanco, peludo y pequeño que se encaramó ágilmente por su pierna derecha y se le subió al hombro. Levantando una pata, el gato blanco que antes era un niño apuntó hacia adelante con una pata y habló:
»Nyaruu está en peligro. ¡Por nyallí!
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Daruu estaba en un considerable peligro.
Aquella masa de chakra heterogéneo resultó ser un enemigo —o al menos, contenía el chakra de un enemigo— al que Daruu se había enfrentado ya. Bueno, si es que ser poseído por algo era enfrentarse a ello. Se trataba de un shinigami, que estuvo a punto de hacerse con su cuerpo. Un grupo de cultistas lo había liberado hacía ya dos años en el Cementerio del Gobi. Por lo visto, la aldea no había hecho avances al respecto.
¡BAM! Cualquiera se habría dado la vuelta, pero los ojos de Daruu veían más allá de su espalda. Aún así, el Hyūga dio un brinco cuando el monstruo taponó la entrada. Esquivó el ataque que vino más tarde ladeando el torso hacia la izquierda y dando un rápido pero bajo salto hacia atrás. Apretó los dientes y tragó saliva.
Entonces se dio cuenta de que en realidad la descripción no cuadraba con el aspecto que tomó él cuando le poseyó el shinigami. «¿Esta vez poseyó a alguien "digno" o no se trata de eso?» Tragó saliva y sintió un escalofrío. Un bijū era un ser mítico pero un shinigami desde luego también lo era, quizás más que el mismo bijū. Si Kurama podía implantar sellos que le hacían a uno recibir su chakra y hablar a través de él, ¿podría el shinigami hacerlo? ¿Estaba ante un "General de la Blanca Muerte"?
De momento, no parecía hablar como él ni haberle reconocido. Eso era una buena señal. Recordar la impresión que le dió aquél espíritu hacía que sus rodillas temblasen.
El Hyūga habló por el Sello de la Hermandad Intrépida.
—Me ha dejado encerrado con él aquí dentro. Dejo este canal abierto, si dejáis de recibir noticias mías, largáos y pedid refuerzos a Amegakure de mi parte. Decidles que se trata del shinigami.
«Guau, imagínate oír eso, así tal cual.»
Daruu antepuso su espada por delante de él y desactivó la capa de electricidad. Intentó caminar lentamente, alejándose un poco de la roca.
»Eri, necesito tu fūinjutsu. —La última vez, él y Rōga habían llegado a la conclusión de que necesitarían de técnicas de sellado para vencer al shinigami. Si ese hombre estaba poseído por el espíritu...
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)