13/01/2016, 19:28
Tres puntos. Eso era lo que pasaba constantemente en la cabeza de Eri al encontrarse en la playa y ver al joven de cabellos amarillos en el agua. Las olas aún impactando contra el cuerpo no tan musculoso del joven no hacían más que mojarle sus ropas, porque de ahí no lo movían. Parecía una piedra. Sin embargo y sin saber cómo ni por qué se producía, todo el líquido salado se alejó dejando la blanquecina arena deshidratada y una gran ola gigante, o bien conocida como tsunami se estaba formando por detrás del chico sin que este le diera la más mínima importancia. Eri abrió los ojos más de lo normal, a la vez que sus labios se despegaban con lentitud sin creer lo que estaba viendo.
Silencio. Eso escuchaba en su cabeza, no sabía qué pensar ni qué hacer. Por ello cuando el chico que era exactamente igual a Uchiha Nabi se dio la vuelta, desechó todas las dudas que tenía sobre si él era el verdadero o no. Y fue gracias a sus ojos, sus ojos totalmente negros a excepción de su iris color carmesí con las dos aspas que había logrado obtener. Éste miró a la huérfana y le ofreció su mano, mientras le sonreía de forma tétrica mientras esperaba una respuesta de la kunoichi.
La chica bajó la mirada, nerviosa por tener esos ojos carmesí puestos sobre ella y cerró ambas manos en puños, apretando más de lo normal. De sus ojos ahora caían dos lágrimas surcándoles las mejillas. ¿Por qué cada vez que se encontraba con Nabi todo tenía que ser tan difícil y surrealista? Apretó los dientes y frunció el ceño, levantando la vista de nuevo.
Él, no era él.
Concentró chakra a medida que avanzaba con rapidez hacia su objetivo en su puño izquierdo, mientras las zancadas pasaban a tiempo muy lento, casi como si fuese una película en su clímax, todo quedó en absoluto silencio. Pero ella estaba harta, vaya que lo estaba. Quería despertar de ese sueño y poder regresar a su vida normal, a su vida de verdad. Y si Nabi no formaba parte de ella, le daba jodidamente igual. Porque ya nada era como antes.
-¡Muérete! - Chilló con toda su voz, impactando su mano izquierda con la mejilla derecha del rubio.
Silencio. Eso escuchaba en su cabeza, no sabía qué pensar ni qué hacer. Por ello cuando el chico que era exactamente igual a Uchiha Nabi se dio la vuelta, desechó todas las dudas que tenía sobre si él era el verdadero o no. Y fue gracias a sus ojos, sus ojos totalmente negros a excepción de su iris color carmesí con las dos aspas que había logrado obtener. Éste miró a la huérfana y le ofreció su mano, mientras le sonreía de forma tétrica mientras esperaba una respuesta de la kunoichi.
La chica bajó la mirada, nerviosa por tener esos ojos carmesí puestos sobre ella y cerró ambas manos en puños, apretando más de lo normal. De sus ojos ahora caían dos lágrimas surcándoles las mejillas. ¿Por qué cada vez que se encontraba con Nabi todo tenía que ser tan difícil y surrealista? Apretó los dientes y frunció el ceño, levantando la vista de nuevo.
Él, no era él.
Concentró chakra a medida que avanzaba con rapidez hacia su objetivo en su puño izquierdo, mientras las zancadas pasaban a tiempo muy lento, casi como si fuese una película en su clímax, todo quedó en absoluto silencio. Pero ella estaba harta, vaya que lo estaba. Quería despertar de ese sueño y poder regresar a su vida normal, a su vida de verdad. Y si Nabi no formaba parte de ella, le daba jodidamente igual. Porque ya nada era como antes.
-¡Muérete! - Chilló con toda su voz, impactando su mano izquierda con la mejilla derecha del rubio.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)