24/01/2021, 04:15
—Buenos días, usted debe de ser Shinrin-sama, mi nombre es Kaguya Koji, soy el ninja que solicitó para cuidar de Eiji-san mientra usted acude a la reunión con la villa. —Se presentó el shinobi.
El empresario observó al genin durante unos instantes, no parecía mostrar ningún sentimiento más allá de la curiosidad por saber a quien le habían asignado.
—Katsuoka, ¿no solicitamos a dos? —Preguntó a su mayordomo ignorando casi el saludo de Koji.
—A-así es señor, tal vez se equivocaron en el registro o ha pasado algo...
—Tranquilo, no pasa nada, con uno bastará. —Volvió a dirigir la mirada al peliblanco. —Kaguya Koji, éste es mi hijo, Eiji. La reunión no durará mucho, meras formalidades, así que en un par de horas aproximadamente nos encontraremos a la entrada de la Torre de Ocio. —Mientras hablaba su padre el niño miraba con ojos como platos al Kaguya, prestando especial atención a su bandana.
—Por cierto, —Katsuoka se acercó a Koji con un monedero en la mano. —Si el señorito gusta de comprar algo gaste de aquí. —Y sacó la jugosa cantidad de cinco mil ryōs. —Marchamos pues.
—Pórtate bien hijo, hasta dentro de dos horas. —Comenzó a marchar hacia la salida de la estación, seguido por toda la comitiva.
—¡Adiós padre, adiós Hiromasa-san! ¡Suerte en el trabajo! —Se despidió de ellos y sus guardias agitando las manos.
Cuando ya había desaparecido la comitiva el infante se giró hacia el shinobi y apretó sus puños con emoción.
—Enséñame a hacer cosas de ninja, ¡porfaaaaa!
El empresario observó al genin durante unos instantes, no parecía mostrar ningún sentimiento más allá de la curiosidad por saber a quien le habían asignado.
—Katsuoka, ¿no solicitamos a dos? —Preguntó a su mayordomo ignorando casi el saludo de Koji.
—A-así es señor, tal vez se equivocaron en el registro o ha pasado algo...
—Tranquilo, no pasa nada, con uno bastará. —Volvió a dirigir la mirada al peliblanco. —Kaguya Koji, éste es mi hijo, Eiji. La reunión no durará mucho, meras formalidades, así que en un par de horas aproximadamente nos encontraremos a la entrada de la Torre de Ocio. —Mientras hablaba su padre el niño miraba con ojos como platos al Kaguya, prestando especial atención a su bandana.
—Por cierto, —Katsuoka se acercó a Koji con un monedero en la mano. —Si el señorito gusta de comprar algo gaste de aquí. —Y sacó la jugosa cantidad de cinco mil ryōs. —Marchamos pues.
—Pórtate bien hijo, hasta dentro de dos horas. —Comenzó a marchar hacia la salida de la estación, seguido por toda la comitiva.
—¡Adiós padre, adiós Hiromasa-san! ¡Suerte en el trabajo! —Se despidió de ellos y sus guardias agitando las manos.
Cuando ya había desaparecido la comitiva el infante se giró hacia el shinobi y apretó sus puños con emoción.
—Enséñame a hacer cosas de ninja, ¡porfaaaaa!