2/02/2021, 17:28
Sus cadenas apresaron a Akashi, quien, pese a estar encadenado, no perdía aquella terrorífica sonrisa que lo caracterizaba y hacía que Eri se sintiera como si perdiera aun teniéndolo retenido. Yuki intentó ayudar en vano, recibiendo una patada en el proceso. «Mierda, si lo hubiéramos retenido ambos...» Se lamentó en sus adentros.
Yota llegó unos segundos más tarde, trayendo, consigo; a su amiga arácnida. Y aquello fue la perdición para la uzujin, olvidándose por completo de mantener las cadenas en su sitio, solo pensando en aquellas grandes y peludas patas que podían recorrerla en segundos para acabar con una picadura del tamaño de una manzana en su cuerpo.
Soltó un gemido a la par que sus cadenas se deshacían al igual que su cuerpo dejaba de estar electrificado. Tenía miedo de Akashi, sí; temía por Daruu, también. Pero aquellos ojos, aquella forma... Le daba realmente pavor.
—A... a... —las palabras no salían de su boca y pronto se formaron lágrimas traicioneras en sus ojos. Odiaba tener tanto miedo, pero no paraba de temblar.
«Daruu... perdóname...»
Yota llegó unos segundos más tarde, trayendo, consigo; a su amiga arácnida. Y aquello fue la perdición para la uzujin, olvidándose por completo de mantener las cadenas en su sitio, solo pensando en aquellas grandes y peludas patas que podían recorrerla en segundos para acabar con una picadura del tamaño de una manzana en su cuerpo.
Soltó un gemido a la par que sus cadenas se deshacían al igual que su cuerpo dejaba de estar electrificado. Tenía miedo de Akashi, sí; temía por Daruu, también. Pero aquellos ojos, aquella forma... Le daba realmente pavor.
—A... a... —las palabras no salían de su boca y pronto se formaron lágrimas traicioneras en sus ojos. Odiaba tener tanto miedo, pero no paraba de temblar.
«Daruu... perdóname...»