13/02/2021, 12:54
(Última modificación: 13/02/2021, 12:55 por Uzumaki Eri.)
Se había lanzado contra la muerte personificada en un arranque de estúpida valentía para salvar a sus compañeros y, siendo sinceros, ser capaz de verse también implicada en aquella extraña técnica vinculante hasta que, gracias al mismísimo Dios Amejin, o Daruu; Akashi por fin se vio obligado a poner los pies sobre el suelo. Ella intentaba forcejear para que no se escapara, pero, para desgracia de la Uzumaki, su oponente no se iba a rendir fácilmente.
—¡Yo no puedo morir! ¡La Muerte está conmigo! ¡Sois vosotros los que os reuniréis pronto con ella! ¡HAHAHAHAHAHA!
Eri intentó alejarse, en vano, solo alcanzando saltar hacia un lado de Akashi, tocar tierra firme y torcer el cuerpo para evitar un impacto completamente directo hacia su pecho, logrando un amplio y doloroso tajo en su zona izquierda. Soltó un alarido de dolor, mordiéndose los labios intentando concentrarse en lo que importaba.
No podía desaprovechar esa oportunidad, ¡no podía!
Por eso, de nuevo, sus manos se juntaron.
«Rata, Buey, Perro, Perro, Palmada, Jabalí...» Repitió de nuevo, justo antes de apoyar sendas manos por el suelo par dibujar la misma fórmula de sellado que antes, recorriendo lo poco que le separaba de Akashi para buscar sus pies.
Jadeó. Era su última técnica, lo sabía. Demasiado gasto de chakra.
«Por favor, no falles...»
—¡Yo no puedo morir! ¡La Muerte está conmigo! ¡Sois vosotros los que os reuniréis pronto con ella! ¡HAHAHAHAHAHA!
Eri intentó alejarse, en vano, solo alcanzando saltar hacia un lado de Akashi, tocar tierra firme y torcer el cuerpo para evitar un impacto completamente directo hacia su pecho, logrando un amplio y doloroso tajo en su zona izquierda. Soltó un alarido de dolor, mordiéndose los labios intentando concentrarse en lo que importaba.
No podía desaprovechar esa oportunidad, ¡no podía!
Por eso, de nuevo, sus manos se juntaron.
«Rata, Buey, Perro, Perro, Palmada, Jabalí...» Repitió de nuevo, justo antes de apoyar sendas manos por el suelo par dibujar la misma fórmula de sellado que antes, recorriendo lo poco que le separaba de Akashi para buscar sus pies.
Jadeó. Era su última técnica, lo sabía. Demasiado gasto de chakra.
«Por favor, no falles...»