21/02/2021, 14:03
Eri estaba con las manos pegadas en el suelo, con los entrecerrados y el miedo recorriendo su espalda, incapaz de verse victoriosa. De esto dependía la vida de Daruu, la de Yota, la suya propia, y no podía darse el lujo de fallar otra vez.
Pero esta vez, esta vez sí funcionó.
—¡No! ¡No, NO, NOOOOOOO! ¡NO PODÉIS MATARME! ¡YO SOY LA MUERTE SANGRIENTA! ¡¡SHIRO SHINIGAMI ESTÁ CONMIGOOOOOOO...!!
Akashi había sido derrotado.
Dejó caer las rodillas al suelo y jadeó, sumamente cansada por el consumo de chakra. Lo habían logrado, no volvería a llevarse a nadie con él.
— Joder, lo ha conseguido, ¡Eri, lo has sellado!
Se levantó con dificultad e intentó recobrar el aliento mientras caminaba hacia Daruu. Ahora tenían que centrarse en salvar a su compañero y amigo de una sangrienta lucha entre la vida o la muerte.
— Eri, tu eres más rápida que yo, puedes avanzarte y avisar a la alcaldesa de Yachi, eso nos dará tiempo. Yo cargaré con Daruu y nos reuniremos en la entrada del ayuntamiento. Necesitamos un médico.
La susodicha asintió.
—Aguanta, Daruu. —Pidió antes de salir corriendo hacia fuera de la cueva. Le costaba mantenerse a trote y ni si quiera intentó acelerarse con su Yoroi, pero tenía que hacerlo, por Daruu, porque él no podía morir.
No así.
Volvió por donde había venido, por el bosque, retrocediendo sobre sus pasos para llegar a Yachi y buscar desesperadamente la residencia de la alcaldesa, tan grande y pintoresca que no tendría mucha dificultad de ser encontrada. Una vez allí, se precipitó dentro de las vallas de piedra hacia quien la escuchara.
—¡Uzumaki Eri reportándose! ¡Necesitamos un médico! —exclamó—. ¡Es urgente, uno de mis compañeros se está desangrando!
Pero esta vez, esta vez sí funcionó.
—¡No! ¡No, NO, NOOOOOOO! ¡NO PODÉIS MATARME! ¡YO SOY LA MUERTE SANGRIENTA! ¡¡SHIRO SHINIGAMI ESTÁ CONMIGOOOOOOO...!!
Akashi había sido derrotado.
Dejó caer las rodillas al suelo y jadeó, sumamente cansada por el consumo de chakra. Lo habían logrado, no volvería a llevarse a nadie con él.
— Joder, lo ha conseguido, ¡Eri, lo has sellado!
Se levantó con dificultad e intentó recobrar el aliento mientras caminaba hacia Daruu. Ahora tenían que centrarse en salvar a su compañero y amigo de una sangrienta lucha entre la vida o la muerte.
— Eri, tu eres más rápida que yo, puedes avanzarte y avisar a la alcaldesa de Yachi, eso nos dará tiempo. Yo cargaré con Daruu y nos reuniremos en la entrada del ayuntamiento. Necesitamos un médico.
La susodicha asintió.
—Aguanta, Daruu. —Pidió antes de salir corriendo hacia fuera de la cueva. Le costaba mantenerse a trote y ni si quiera intentó acelerarse con su Yoroi, pero tenía que hacerlo, por Daruu, porque él no podía morir.
No así.
Volvió por donde había venido, por el bosque, retrocediendo sobre sus pasos para llegar a Yachi y buscar desesperadamente la residencia de la alcaldesa, tan grande y pintoresca que no tendría mucha dificultad de ser encontrada. Una vez allí, se precipitó dentro de las vallas de piedra hacia quien la escuchara.
—¡Uzumaki Eri reportándose! ¡Necesitamos un médico! —exclamó—. ¡Es urgente, uno de mis compañeros se está desangrando!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)