21/02/2021, 23:40
Datsue llegó corriendo y sudando la gota gorda.
—Perdonad, ¡perdonad! —se excusaba mientras llegaba hasta ellos—. Es que me he encontrado a una anciana de camino, cargada con las bolsas de las compra, y me vi en la obligación de llevárselas hasta casa.
Que le creyesen o no ya era cosa de ellos. Datsue, por su parte, no dejó entrever sonrisa alguna que evidenciase la trola que se acababa de inventar.
Natsu no pareció darle importancia al asunto y, entusiasmada como un kusareño en día de cosecha, empezó a organizar el entrenamiento. A Datsue le tocó practicar con un gran tipo llamado Martillo. Disciplinado y rígido como el hierro, un brazo suyo era tan ancho como el torso de una persona común y metía unas hostias como panes. Fue con quien perfeccionó su chokeslam, y quien le enseñó distintos movimientos que aplicaría a Reiji en medio del combate.
Las horas pasaron volando, y Datsue lanzó por última vez a Reiji a la lona. Se dejó caer de espaldas sobre el tatami, fundido.
—¡Eso es, chicos! ¡Esta vez sí! ¡Esta vez os ha salido todo bien!
El sol se había puesto hacía un buen rato y los únicos músculos que todavía le respondían a Datsue eran los de la cara, que se esforzaron en dibujar una sonrisa. El entrenamiento había finalizado. ¿Les saldría bien la coreografía en vivo y directo, frente a decenas o incluso centenares de personas? Para bien o para mal, pronto lo descubrirían.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado