25/02/2021, 21:29
Los ojos del niño brillaron como joyas cuando vio al shinobi acercarse con la comida y su estómago expulsó un pequeño rugido.
—Pues hora de almorzar, si algo no te gusta no tienes por que comerlo.
Eiji agarró el plato y los palillos y, babeando casi, se llevó un pequeño bocado a la boca. Sus ojos se abrieron y quedó paralizado, abrió la boca para decir algo pero parecía que no le salían las palabras.
—E-esto... Esta... ¡BUENÍSIMO! —Gritó con felicidad.
El joven empezó a engullir como un pavo. No decía palabra y, no se sabe si por el entrenamiento anterior o porque simplemente estaba delicioso, la comida de su plato descendía a velocidades vertiginosas.
—¡Esto es de lo mejor que he probado en la vida! Tengo que traer a papá cuando volvamos a venir a Kusagakure.
—Pues hora de almorzar, si algo no te gusta no tienes por que comerlo.
Eiji agarró el plato y los palillos y, babeando casi, se llevó un pequeño bocado a la boca. Sus ojos se abrieron y quedó paralizado, abrió la boca para decir algo pero parecía que no le salían las palabras.
—E-esto... Esta... ¡BUENÍSIMO! —Gritó con felicidad.
El joven empezó a engullir como un pavo. No decía palabra y, no se sabe si por el entrenamiento anterior o porque simplemente estaba delicioso, la comida de su plato descendía a velocidades vertiginosas.
—¡Esto es de lo mejor que he probado en la vida! Tengo que traer a papá cuando volvamos a venir a Kusagakure.