10/03/2021, 10:32
—¡Por supuesto! ¡Usar mi fuerza para proteger y ayudar a mi aldea es lo que me gusta hacer! Aunque... No sé qué tanto ayuda el que escoltemos una... croqueta. —Soltó una risilla.
A lo que Lyndis respondió con una carcajada que no intentó ocultar. Sin duda más bien la misión hubiera sido ocultar la croqueta de ellas dos.
—Ahm... —Comenzó Ranko, rascándose un pómulo —. ¿Es...? ¿Es maquillaje? L-lo de tus ojos... Es como... ¿pintura de guerra? Se ve genial...
— ¿Que se ve genial? — bufó sonriente. — Vaya, es la primera vez que me dicen que se ve guay, no se ni que responder a eso. Es más como una marca de nacimiento, pecas o lunares solo que... Bueno, la verdad es que ahora que lo dices, si que da un aire a pintura de guerra. Aunque parezco un tanuki, o con el pelo plateado a un mapache común — se acarició uno de sus mechones plateados, sin perder la sonrisa.
Empezaba a sentir cierta confianza con Ranko, y le resultaba agradable, pues no era una persona que se callara lo que pensaba si no que más bien lo decía directamente y sin cortarse un pelo. Si realmente era algo delicado o que pudiera dañar a un ser querido, intentaba perder el hilo de la conversación, buscando otros temas o dando largas, pero con Ranko parecía que no necesitaba hacerlo.
— ¿Tu larga coleta es por algo en especial? Se ve esponjosa y blandita, seguro que si la enroscas, es capaz de hacerte de almohada si no la deshaces — añadió dejando escapar de nuevo el aire por su nariz en gesto de gracia.
A lo que Lyndis respondió con una carcajada que no intentó ocultar. Sin duda más bien la misión hubiera sido ocultar la croqueta de ellas dos.
—Ahm... —Comenzó Ranko, rascándose un pómulo —. ¿Es...? ¿Es maquillaje? L-lo de tus ojos... Es como... ¿pintura de guerra? Se ve genial...
— ¿Que se ve genial? — bufó sonriente. — Vaya, es la primera vez que me dicen que se ve guay, no se ni que responder a eso. Es más como una marca de nacimiento, pecas o lunares solo que... Bueno, la verdad es que ahora que lo dices, si que da un aire a pintura de guerra. Aunque parezco un tanuki, o con el pelo plateado a un mapache común — se acarició uno de sus mechones plateados, sin perder la sonrisa.
Empezaba a sentir cierta confianza con Ranko, y le resultaba agradable, pues no era una persona que se callara lo que pensaba si no que más bien lo decía directamente y sin cortarse un pelo. Si realmente era algo delicado o que pudiera dañar a un ser querido, intentaba perder el hilo de la conversación, buscando otros temas o dando largas, pero con Ranko parecía que no necesitaba hacerlo.
— ¿Tu larga coleta es por algo en especial? Se ve esponjosa y blandita, seguro que si la enroscas, es capaz de hacerte de almohada si no la deshaces — añadió dejando escapar de nuevo el aire por su nariz en gesto de gracia.