25/03/2021, 17:30
Érase una vez un hombre perdido que sabía dónde se encontraba. Conocía el sitio al que se dirigía, y también el camino que le llevaba a él. Pero el camino no le conducía hacia su destino; sus conocimientos no le servían de nada. Era de noche, sin luna, y la luz de las débiles estrellas apenas formaban sombras en la oscuridad. Demasiada poca visibilidad como para poder seguir caminando sin darse de bruces contra matorrales o tropezar con raíces que sobresalían de la tierra.
Mas en la oscuridad, es donde la luz más puede brillar. Mas perdido en las tinieblas, es dónde a veces uno puede encontrar su propio camino.
El hombre saltó hasta la rama más alta del árbol más alto que encontró. Luego dio otro salto, hacia arriba, y vomitó una llamarada tan inmensa a las nubes que por unos segundos el cielo se convirtió en un mar rojo.
Nada funciona mejor que el fuego para sacar a las ratas de su escondrijo.
Mas en la oscuridad, es donde la luz más puede brillar. Mas perdido en las tinieblas, es dónde a veces uno puede encontrar su propio camino.
El hombre saltó hasta la rama más alta del árbol más alto que encontró. Luego dio otro salto, hacia arriba, y vomitó una llamarada tan inmensa a las nubes que por unos segundos el cielo se convirtió en un mar rojo.
Nada funciona mejor que el fuego para sacar a las ratas de su escondrijo.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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