16/01/2016, 13:59
(Última modificación: 16/01/2016, 14:00 por Uzumaki Eri.)
Parpadeó un par de veces, como si se acabase de despertar de un largo letargo cuando notó que sus pies no estaban mojándose, si no que ahora estaban cubiertos de arena por frenarse justamente con ellos frente a algo. Notó un dolor apoderarse de su brazo izquierdo cuando instintivamente llevó su mano contraria hacia el lugar que le causaba tal sensación y entonces vio como había una herida bastante abierta. Pero... ¿Cuándo?
Levantó la visión de la herida y observó a su alrededor. Todo estaba como debía haber estado desde un principio, sin embargo un camino que resaltaba por su falta de arena llamó su atención. Aclaró más su vista y a escasos metros se encontraba otra persona. Entrecerró los ojos para divisarlo mejor. Sin lugar a dudas, ese sí que era Nabi.
Pero... ¿Cómo? ¿Si él estaba desde el otro lado y ella...? Un agudo dolor de cabeza atravesó sus entrañas e hizo que la joven se llevase ambas manos para sujetársela. Pero el dolor del brazo bueno de la muchacha de ojos esmeralda no reaccionó como esperaba, y la joven se sintió aún peor.
¿Por qué le dolía la cabeza a tales intensidades? ¿Por qué tenía una herida que no cesaba de sangrar en el brazo izquierdo? ¿Por qué Nabi se encontraba a tantos metros de ella si antes le había intentado dar un puñetazo? ... Un momento. ¡Ella le había dado un Ōkashō directo! ¡Por eso estaba allí!
Cayó de rodillas al suelo, ¿por qué todo era tan sumamente difícil en esos momentos? No podía pensar con claridad, y todo le daba vueltas como jamás antes había ocurrido. Recordó el día en el que se encontraba y se maldijo por salir de su casa. Suspiró pesadamente, limpió lo que casi podrían haber sido unas lágrimas de rabia e intentó levantarse para ir a atender a Nabi, que seguramente tuviese algún que otro daño debido a su golpe, además, como ninja médico, ese era su deber. Pero cuando apoyó la pierna izquierda para impulsarse, de nuevo como si fuese una aguja, algo se clavó en su cabeza, taladrándola hasta lo más profundo de su mente.
Eri cayó sobre la blanquecina arena, inconsciente, mezclada con la nieve que antes había cubierto Uzushiogakure con una pequeña manta nívea.
Levantó la visión de la herida y observó a su alrededor. Todo estaba como debía haber estado desde un principio, sin embargo un camino que resaltaba por su falta de arena llamó su atención. Aclaró más su vista y a escasos metros se encontraba otra persona. Entrecerró los ojos para divisarlo mejor. Sin lugar a dudas, ese sí que era Nabi.
Pero... ¿Cómo? ¿Si él estaba desde el otro lado y ella...? Un agudo dolor de cabeza atravesó sus entrañas e hizo que la joven se llevase ambas manos para sujetársela. Pero el dolor del brazo bueno de la muchacha de ojos esmeralda no reaccionó como esperaba, y la joven se sintió aún peor.
¿Por qué le dolía la cabeza a tales intensidades? ¿Por qué tenía una herida que no cesaba de sangrar en el brazo izquierdo? ¿Por qué Nabi se encontraba a tantos metros de ella si antes le había intentado dar un puñetazo? ... Un momento. ¡Ella le había dado un Ōkashō directo! ¡Por eso estaba allí!
Cayó de rodillas al suelo, ¿por qué todo era tan sumamente difícil en esos momentos? No podía pensar con claridad, y todo le daba vueltas como jamás antes había ocurrido. Recordó el día en el que se encontraba y se maldijo por salir de su casa. Suspiró pesadamente, limpió lo que casi podrían haber sido unas lágrimas de rabia e intentó levantarse para ir a atender a Nabi, que seguramente tuviese algún que otro daño debido a su golpe, además, como ninja médico, ese era su deber. Pero cuando apoyó la pierna izquierda para impulsarse, de nuevo como si fuese una aguja, algo se clavó en su cabeza, taladrándola hasta lo más profundo de su mente.
Eri cayó sobre la blanquecina arena, inconsciente, mezclada con la nieve que antes había cubierto Uzushiogakure con una pequeña manta nívea.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)