30/03/2021, 15:38
Era un día frío. Como en el oeste, en el País del Agua, una bruma espesa se había acumulado en la mañana. Cada vez que Ayame exhalaba, dejaba escapar una buena nube de vaho. Era un día perfecto para que alguien intentase colarse en Amegakure. A pesar del dispositivo de seguridad por fūinjutsu de Shanise, más de alguna oveja descarriada de la propia aldea había intentado volver, a veces con buenas intenciones, a veces con no tan buenas. A la aldea eso le daba igual: un exiliado era un exiliado.
Por eso había más guardia que de costumbre. Aparte del par de chūnin que diligentemente solicitaban motivos de entrada y salida a todos los viandantes, un par de ANBU vigilaban en cada extremo del puente.
Otro ANBU salía en ese momento, desperezándose.
—Hola, Takeshi... Hey, Konkūro.
—¡Eh! —susurró uno de los guardias—. ¡Que te he dicho mil veces que no nos llames por nuestro nombre real, capullo!
—Bah, es Ayame, está con la Arashikage todo el día. Seguro que se sabe nuestros nombres, ¿verdad, Ayame? —El hombretón, de al menos uno ochenta de altura, la saludó afablemente tras una máscara de búho—. Además, he oído que es muy buena con los nombres.
Los otros dos guardias se encogieron de hombros. El que había saludado a Ayame se dio la vuelta y discretamente hizo un gesto con dos dedos de la mano izquierda.
Por eso había más guardia que de costumbre. Aparte del par de chūnin que diligentemente solicitaban motivos de entrada y salida a todos los viandantes, un par de ANBU vigilaban en cada extremo del puente.
Otro ANBU salía en ese momento, desperezándose.
—Hola, Takeshi... Hey, Konkūro.
—¡Eh! —susurró uno de los guardias—. ¡Que te he dicho mil veces que no nos llames por nuestro nombre real, capullo!
—Bah, es Ayame, está con la Arashikage todo el día. Seguro que se sabe nuestros nombres, ¿verdad, Ayame? —El hombretón, de al menos uno ochenta de altura, la saludó afablemente tras una máscara de búho—. Además, he oído que es muy buena con los nombres.
Los otros dos guardias se encogieron de hombros. El que había saludado a Ayame se dio la vuelta y discretamente hizo un gesto con dos dedos de la mano izquierda.
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