11/04/2021, 12:11
Yui rio y pateó una piedra, que salió volando y chocó varias veces contra las aguas del lago, rebotando. Parecía una niña divirtiéndose.
—¡No, claro que no, tonta! —dijo—. Iremos en el ferrocarril. ¡Para qué pagamos el maldito cacharro ese si no es para que nos lleve a cualquier parte reposando el culo, eh! —Yui caminaba levantando mucho las rodillas y los brazos. Yui caminaba lenta, pero constante, e igual que antes a Ayame no le costaba nada alcanzarla, ahora le parecía un infierno. No por velocidad, sino por Aguante.
»¿Takeshi? ¿Quién coño es Take...? ¡Aahh, un halcón! Sí, Shanise me contó que ahora puedes invocarlos. Muy bien, muy bien. Pero allí arriba hace mucho frío, y más conforme nos acerquemos al norte. Lo siento, pero no quiero congelarme los pezones. En Yukio hace tanto frío que podríamos rayar los cristales de las ventanas.
—¡No, claro que no, tonta! —dijo—. Iremos en el ferrocarril. ¡Para qué pagamos el maldito cacharro ese si no es para que nos lleve a cualquier parte reposando el culo, eh! —Yui caminaba levantando mucho las rodillas y los brazos. Yui caminaba lenta, pero constante, e igual que antes a Ayame no le costaba nada alcanzarla, ahora le parecía un infierno. No por velocidad, sino por Aguante.
»¿Takeshi? ¿Quién coño es Take...? ¡Aahh, un halcón! Sí, Shanise me contó que ahora puedes invocarlos. Muy bien, muy bien. Pero allí arriba hace mucho frío, y más conforme nos acerquemos al norte. Lo siento, pero no quiero congelarme los pezones. En Yukio hace tanto frío que podríamos rayar los cristales de las ventanas.