15/04/2021, 18:08
—Sí, una cama para dormir estaría bien ¿Qué? N-no, di-digo, dos camas. — corrijió en el momento, avergonzada.
Lyndis la miró extrañada, alzando una ceja
— Pero si no ... — Pero antes de poder seguir hablando, una mujer las interrumpió.
Era bastante alta, tal vez un poco más que Lyndis, con la piel bronceada al igual que ella pero los cabellos de color castaño y corto. Con ropa negra de oficina. Oh, eso podría quedarle bien a ella, alguna vez le habían pedido hacerle algun que otro arreglo a un traje de ese estilo en casa.
—¿Podrías gritarlo más fuerte? ¿Creo que hay gente en Inaka que no te escuchó. Pensé que eran ninjas, ¿No tienen que mantener en secreto sus misiones? —después de una mirada de reproche, durante la cual Ranko le mostró el pergamino oficial, y un suspiro de resignación, la mujer se movió y les dejó pasar.
Lyndis cogió aire, dispuesta a repetir aquellas mismas palabras a grito pelado pero seguramente Ranko la detendría en seco.
—Soy Koizo Amarin, la asistente de Oruno-san —dijo la mujer con tono serio, plantándose al final del recibidor, en el pasillo, dándoles la cara, de brazos cruzados —. Él está preparando los paquetes, en un momento vendrá. Tienen claro de qué tratará la misión, ¿Verdad? ¿Alguna pregunta? Oruno-san no quiere que se cometa negligencia alguna.
Ranko intercambió una mirada con ella, y también negó a la espera de más indicaciones. Con lo bien que hubiera estado cantarle las cuarenta ahi mismo, pero aunque ella fuera mayor en edad a Ranko, ella tenía más experiencia y sabría como tratar con la gente.
¿Eso la convertia a Ranko en su senpai? ¿Debería empezar a llamarla con formalidades? Se preguntaba llevandose una mano a la barbilla.
— Oh si, en la indicación de la misión creo que solo decía que era un paquete ¿no? — Volvió a mirar a Ranko. — No pasa nada por tener que llevar más de uno, pero si debemos entregarlos en sitios distintos, supongo que necesitaremos las direcciones correspondientes.
Lyndis la miró extrañada, alzando una ceja
— Pero si no ... — Pero antes de poder seguir hablando, una mujer las interrumpió.
Era bastante alta, tal vez un poco más que Lyndis, con la piel bronceada al igual que ella pero los cabellos de color castaño y corto. Con ropa negra de oficina. Oh, eso podría quedarle bien a ella, alguna vez le habían pedido hacerle algun que otro arreglo a un traje de ese estilo en casa.
—¿Podrías gritarlo más fuerte? ¿Creo que hay gente en Inaka que no te escuchó. Pensé que eran ninjas, ¿No tienen que mantener en secreto sus misiones? —después de una mirada de reproche, durante la cual Ranko le mostró el pergamino oficial, y un suspiro de resignación, la mujer se movió y les dejó pasar.
Lyndis cogió aire, dispuesta a repetir aquellas mismas palabras a grito pelado pero seguramente Ranko la detendría en seco.
—Soy Koizo Amarin, la asistente de Oruno-san —dijo la mujer con tono serio, plantándose al final del recibidor, en el pasillo, dándoles la cara, de brazos cruzados —. Él está preparando los paquetes, en un momento vendrá. Tienen claro de qué tratará la misión, ¿Verdad? ¿Alguna pregunta? Oruno-san no quiere que se cometa negligencia alguna.
Ranko intercambió una mirada con ella, y también negó a la espera de más indicaciones. Con lo bien que hubiera estado cantarle las cuarenta ahi mismo, pero aunque ella fuera mayor en edad a Ranko, ella tenía más experiencia y sabría como tratar con la gente.
¿Eso la convertia a Ranko en su senpai? ¿Debería empezar a llamarla con formalidades? Se preguntaba llevandose una mano a la barbilla.
— Oh si, en la indicación de la misión creo que solo decía que era un paquete ¿no? — Volvió a mirar a Ranko. — No pasa nada por tener que llevar más de uno, pero si debemos entregarlos en sitios distintos, supongo que necesitaremos las direcciones correspondientes.