3/05/2021, 19:25
Daruu se tensó terriblemente cuando Main le empujó, casi tirándole al suelo. El Hyūga todavía estaba débil, y sintió un profundo pinchazo en el vientre. Cerró los ojos peligrosamente. «Y tú me has curado sólo porque esperabas obtener algo a cambio. Eres escoria», maldijo internamente. Sin darse cuenta, había activado su Byakugan, y mantuvo aquellos ojos de Demonio fijos en ella mientras se marchaba. Las venas volvieron a la normalidad cuando una voz amiga se preocupó por él tras su espalda. Daruu sacudió la cabeza.
—¿Eh? ¡Sí! Sí... —Se dio la vuelta—. Honestamente, no me apetece mucho ir. Pero tampoco me apetece quedarme a solas en este estado, por si acaso. Yota, ¿podrías ir a avisar a la alcaldesa? —Miró a Eri—. Yo tengo que hablar de algo con Eri. Se merece algo a cambio de haberme salvado la vida, allá abajo. Algo que no puedo darte a ti.
»No lo necesitas, créeme. Ya te invitaré a una pizza. —Sonrió y le guiñó un ojo.
—¿Eh? ¡Sí! Sí... —Se dio la vuelta—. Honestamente, no me apetece mucho ir. Pero tampoco me apetece quedarme a solas en este estado, por si acaso. Yota, ¿podrías ir a avisar a la alcaldesa? —Miró a Eri—. Yo tengo que hablar de algo con Eri. Se merece algo a cambio de haberme salvado la vida, allá abajo. Algo que no puedo darte a ti.
»No lo necesitas, créeme. Ya te invitaré a una pizza. —Sonrió y le guiñó un ojo.