7/05/2021, 16:32
Echó la cola a un lado de un bofetón y hundió el rostro en el lago, frotando su cara de manera tan frenética que parecía querer arrancarse la piel.
—¡Es inútil que lo hagas! ¡El veneno de mi saliva te dejará ciega al menos un minuto!!
Qué asco. Qué asco. ¡Qué asco! ¡QUÉ ASCO!
Los músculos se le retorcieron de puro rechazo. Sintió un ardor en el estómago que le subió por el cuello, como si tuviese ganas de vomitar. Cuando al fin tomó aire, las nubes parecieron arremolinarse de lo fuerte que había aspirado. Cuando lo echó, el lago pareció vibrar y formar un oleaje. No eran ganas de vomitar lo que tenía. Tampoco estaba soñando. Era la Quinta Puerta, abriéndose en su abdomen.
Corroída por una furia que no había sentido en muchos años, agarró la cola del dragón de Komodo y le ejecutó una llave.
Sí.
¿A esa mole de veinte metros de largo?
Le ejecutó una llave.
¿Qué pesaba lo menos diez toneladas?
Sí.
Simplemente tiró de su jodida cola, arrastrándolo como si fuese una simple lagartija y lo lanzó contra otro pilar de roca. Supo que fue contra un pilar por el sonido que hizo, pues no lo vio. Efectivamente no veía a más de cinco metros de su posición, y dentro de este rango, apenas manchas oscuras. Aquel esputo nauseabundo, aparte de estar infectado por cientos de bacterias, también poseía algún tipo de veneno que le había dejado medio ciega al entrar en sus ojos.
Había entrado en sus ojos. Joder, solo de pensarlo le daban ganas de vomitar.
Atributos: Fuerza 140, Agilidad 110
—¡Es inútil que lo hagas! ¡El veneno de mi saliva te dejará ciega al menos un minuto!!
Qué asco. Qué asco. ¡Qué asco! ¡QUÉ ASCO!
Los músculos se le retorcieron de puro rechazo. Sintió un ardor en el estómago que le subió por el cuello, como si tuviese ganas de vomitar. Cuando al fin tomó aire, las nubes parecieron arremolinarse de lo fuerte que había aspirado. Cuando lo echó, el lago pareció vibrar y formar un oleaje. No eran ganas de vomitar lo que tenía. Tampoco estaba soñando. Era la Quinta Puerta, abriéndose en su abdomen.
Corroída por una furia que no había sentido en muchos años, agarró la cola del dragón de Komodo y le ejecutó una llave.
Sí.
¿A esa mole de veinte metros de largo?
Le ejecutó una llave.
¿Qué pesaba lo menos diez toneladas?
Sí.
Simplemente tiró de su jodida cola, arrastrándolo como si fuese una simple lagartija y lo lanzó contra otro pilar de roca. Supo que fue contra un pilar por el sonido que hizo, pues no lo vio. Efectivamente no veía a más de cinco metros de su posición, y dentro de este rango, apenas manchas oscuras. Aquel esputo nauseabundo, aparte de estar infectado por cientos de bacterias, también poseía algún tipo de veneno que le había dejado medio ciega al entrar en sus ojos.
Había entrado en sus ojos. Joder, solo de pensarlo le daban ganas de vomitar.
Atributos: Fuerza 140, Agilidad 110