27/05/2021, 23:19
Resopló para arriba y apartó un poco la mirada del pergamino para ver al can. Ella estaba sonriendo, le había divertido un poco lo que dijo el perruno.
—Quizás yo misma busco las cosas raras.
Terminó por cerrar el pergamino y se quedó escuchando la información que podía portar el animal.
—Un loco. Genial, bastante habitual. — al partir el doberman, corriendo a una velocidad considerable por las calles. —¡Mucha suerte! — dijo fuerte, sin importarle mucho si el perro lo había escuchado o no.
Cerró la puerta y se metió en su casa, yendo directo a su habitación para ponerse ropa más cómoda. En el pasillo, Hinata salía de su cuarto, estaba recién cambiado y con una toalla secándose el pelo.
—¿Quién era?
—Un perro. Me tengo que ir, quedas solo en casa. Espero que no te estés duchando si tocan la puerta de nuevo.
El chico quedó atónito y no pudo ni mediar palabra, Jun ya se había metido en su habitación para cambiarse. Se puso otra camiseta, esta vez de su talle, una sudadera morada, unos pantalones holgados de color negro y sus botas ninjas del mismo color. No podía faltar su bandana en su cuello, su portaobjetos con los pocos objetos que suele guardar ahí y su kodachi colgando de la cintura. Siempre tenía que estar preparada para todo, aunque sea una misión bastante simple.
—No puedo decir que me pasan cosas raras y tengo que buscar a un loco por ahí.
Salió de su casa, ya preparada y lista para partir. Si nada se lo impedía, comenzaría caminar por las calles de la aldea, teniendo como destino el Distrito Comercial, el último lugar donde lo habían visto.
—Quizás yo misma busco las cosas raras.
Terminó por cerrar el pergamino y se quedó escuchando la información que podía portar el animal.
—Un loco. Genial, bastante habitual. — al partir el doberman, corriendo a una velocidad considerable por las calles. —¡Mucha suerte! — dijo fuerte, sin importarle mucho si el perro lo había escuchado o no.
Cerró la puerta y se metió en su casa, yendo directo a su habitación para ponerse ropa más cómoda. En el pasillo, Hinata salía de su cuarto, estaba recién cambiado y con una toalla secándose el pelo.
—¿Quién era?
—Un perro. Me tengo que ir, quedas solo en casa. Espero que no te estés duchando si tocan la puerta de nuevo.
El chico quedó atónito y no pudo ni mediar palabra, Jun ya se había metido en su habitación para cambiarse. Se puso otra camiseta, esta vez de su talle, una sudadera morada, unos pantalones holgados de color negro y sus botas ninjas del mismo color. No podía faltar su bandana en su cuello, su portaobjetos con los pocos objetos que suele guardar ahí y su kodachi colgando de la cintura. Siempre tenía que estar preparada para todo, aunque sea una misión bastante simple.
—No puedo decir que me pasan cosas raras y tengo que buscar a un loco por ahí.
Salió de su casa, ya preparada y lista para partir. Si nada se lo impedía, comenzaría caminar por las calles de la aldea, teniendo como destino el Distrito Comercial, el último lugar donde lo habían visto.