31/05/2021, 15:58
Un traidor es un puto traidor, y siempre lo será. Ni ella lo hubiese dicho mejor. En eso, Zetsuo y Yui siempre habían estado de acuerdo. Forzados o no, aquella gente estaba traicionando a la Tormenta. Al país. A la villa. Si bien, Kaido…
Kaido...
No tuvo tiempo a seguir con el hilo de sus pensamientos. Cuatro imbéciles surgieron del final del pasillo y les amenazaron con cuatro dragones de fuego que se hicieron uno. Yui subió las manos, en posición horizontal, una encima de la otra y ambos dedos índice extendidos.
Las dos balas atravesaron las fauces de fuego, diluyéndose rápidamente en dos hilos de vapor. Dígase una cosa de Amekoro Yui: el ninjutsu nunca había sido su punto fuerte. Pero confiaba en sus compañeros de equipo tanto como en su propio Suika para resolver la situación.
Kaido...
No tuvo tiempo a seguir con el hilo de sus pensamientos. Cuatro imbéciles surgieron del final del pasillo y les amenazaron con cuatro dragones de fuego que se hicieron uno. Yui subió las manos, en posición horizontal, una encima de la otra y ambos dedos índice extendidos.
¡¡¡BAAAAAMMMMM!!!
Las dos balas atravesaron las fauces de fuego, diluyéndose rápidamente en dos hilos de vapor. Dígase una cosa de Amekoro Yui: el ninjutsu nunca había sido su punto fuerte. Pero confiaba en sus compañeros de equipo tanto como en su propio Suika para resolver la situación.