31/05/2021, 19:48
(Última modificación: 31/05/2021, 20:55 por Aotsuki Ayame. Editado 2 veces en total.)
El hilo de sus pensamientos se vio súbitamente interrumpido cuando cuatro shinobi vestidos de blanco les cortaron el paso hacia el final del pasillo. Los cuatro formulando el sello del Tigre. Los cuatro...
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Morid, hijos de puta!
Los cuatro exhalaron al mismo tiempo una vorágine de fuego que se arremolinó y formó la terrorífica cabeza de un dragón que se dirigía hacia ellos. Y si antes habían sentido frío, en aquellos instantes fue como si hubiesen atravesado un portal directo hacia el Yomi. Su visión se tiñó de un cegador naranja. El aire se volvió asfixiante, les quemaba en la piel y en la garganta al respirar. Tenían que actuar. Y tenían que hacerlo YA si no querían verse reducidos a cenizas. Yui fue la primera en hacerlo: alzó sendas manos a modo de pistolas y las dos balas de agua que dispararon sus dedos chocaron contra las fauces del dragón antes de verse evaporadas con un agonizante siseo. No era suficiente.
Ayame se adelantó sin pensárselo dos veces. Y sus manos comenzaron a entrelazarse todo lo rápido que fue capaz. Ahora libre de las esposas supresoras de chakra, nada podía retenerla. Nada podría contener el poder del agua. Y ella estaba dispuesta a dar todo lo que tenía para proteger a los suyos. Y como si estuviese dispuesta a abrazarse al fuego para hacerlo, extendió los brazos.
—¡¡SUITON: DAIBAKUFU NO JUTSU!!
El agua se arremolinó a su alrededor a toda velocidad. Ayame dirigió toda la furia de aquel maremoto hacia delante con sus brazos, y el agua acudió a encontrarse con su enemigo natural...
Choque de técnicas:
Suiton: Daibakufu no Jutsu: 160 PV
Katon: Gōryūka no Jutsu: 290 PV restantes tras el Mizudeppō de Yui + 60 Poder = 350 PV
160 (Daño base) + 50% (bonus Agua vs Fuego + 80 (Poder de Ayame) = 320 PV
La marejada envolvió al dragón y el siseo del agua apagando el fuego resonó en sus oídos como un último rugido agonizante mientras todo el pasillo se llenaba de vapor. Pero cuando parecía que la suerte les sonreía al fin, el dragón de fuego se revolvió por última vez, deshizo su prisión y se liberó de las cadenas que habían estado a punto de subyugarlo. Kōri cogió a Ayame por detrás del codo y, tirando de ella hacia atrás, adelantó su mano libre. Un característico crujido resonó en sus oídos cuando el aire se condensó y se congeló rápidamente ante su comanda, levantando en el último momento un muro de hielo contra el que acabó estrellándose el dragón de fuego...
Choque de técnicas:
Hyōton: Hyodomū: Defiende 100 PV + 60 Poder de Kōri
Katon: Gōryūka no Jutsu: 30 PV restantes tras el Daibakufu de Ayame + 60 Poder = 90 PV
El fuego se estrelló contra el hielo y sus fauces hicieron crujir peligrosamente el escudo que había levantado Kōri. Pero en aquella ocasión, el frío se sobrepuso al calor del averno, y el fuego se vio disipado con un último siseo que llenó todo el pasillo de vapor ardiente. Zetsuo, junto a su hijo, flexionó ligeramente las rodillas. Y cuando el escudo de hielo se derrumbó con el delicado tintineo del hielo resquebrajándose contra el suelo, Ayame lo vio surcar el pasillo como una sombra oscura. Apareció sobre los ninjas de Kurama con el puño brillante alzado sobre su cabeza y el acerado brillo de sus ojos de águila dictando sentencia.
—¡¡MORID, HIJOS DE PUTA!!
No golpeó directamente a ninguno de ellos. Fue el suelo el que recibió el brutal impacto en su lugar. Las baldosas saltaron por los aires y un cráter de cuatro metros de radio se abrió violentamente allí donde había golpeado.
Ayame jadeó, temblando con violencia, y dejó caer los brazos. Pero se esforzó por quedarse de pie, con los ojos fijos al final del pasillo, observando los resultados de sus acciones.
—Ten cuidado con el chakra que gastas. No te sobreesfuerces —la arrengó su padre.
—Somos cuatro. Luchemos juntos —agregó Kōri, enfriando los ánimos.
—Cinco —habló Kokuō, a través de los propios labios de Ayame.
Ella, con los ojos llenos de lágrimas, asintió en silencio.
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Katon: Gōryūka no Jutsu!
—¡Morid, hijos de puta!
Los cuatro exhalaron al mismo tiempo una vorágine de fuego que se arremolinó y formó la terrorífica cabeza de un dragón que se dirigía hacia ellos. Y si antes habían sentido frío, en aquellos instantes fue como si hubiesen atravesado un portal directo hacia el Yomi. Su visión se tiñó de un cegador naranja. El aire se volvió asfixiante, les quemaba en la piel y en la garganta al respirar. Tenían que actuar. Y tenían que hacerlo YA si no querían verse reducidos a cenizas. Yui fue la primera en hacerlo: alzó sendas manos a modo de pistolas y las dos balas de agua que dispararon sus dedos chocaron contra las fauces del dragón antes de verse evaporadas con un agonizante siseo. No era suficiente.
Ayame se adelantó sin pensárselo dos veces. Y sus manos comenzaron a entrelazarse todo lo rápido que fue capaz. Ahora libre de las esposas supresoras de chakra, nada podía retenerla. Nada podría contener el poder del agua. Y ella estaba dispuesta a dar todo lo que tenía para proteger a los suyos. Y como si estuviese dispuesta a abrazarse al fuego para hacerlo, extendió los brazos.
—¡¡SUITON: DAIBAKUFU NO JUTSU!!
El agua se arremolinó a su alrededor a toda velocidad. Ayame dirigió toda la furia de aquel maremoto hacia delante con sus brazos, y el agua acudió a encontrarse con su enemigo natural...
Choque de técnicas:
Suiton: Daibakufu no Jutsu: 160 PV
Katon: Gōryūka no Jutsu: 290 PV restantes tras el Mizudeppō de Yui + 60 Poder = 350 PV
160 (Daño base) + 50% (bonus Agua vs Fuego + 80 (Poder de Ayame) = 320 PV
La marejada envolvió al dragón y el siseo del agua apagando el fuego resonó en sus oídos como un último rugido agonizante mientras todo el pasillo se llenaba de vapor. Pero cuando parecía que la suerte les sonreía al fin, el dragón de fuego se revolvió por última vez, deshizo su prisión y se liberó de las cadenas que habían estado a punto de subyugarlo. Kōri cogió a Ayame por detrás del codo y, tirando de ella hacia atrás, adelantó su mano libre. Un característico crujido resonó en sus oídos cuando el aire se condensó y se congeló rápidamente ante su comanda, levantando en el último momento un muro de hielo contra el que acabó estrellándose el dragón de fuego...
Choque de técnicas:
Hyōton: Hyodomū: Defiende 100 PV + 60 Poder de Kōri
Katon: Gōryūka no Jutsu: 30 PV restantes tras el Daibakufu de Ayame + 60 Poder = 90 PV
El fuego se estrelló contra el hielo y sus fauces hicieron crujir peligrosamente el escudo que había levantado Kōri. Pero en aquella ocasión, el frío se sobrepuso al calor del averno, y el fuego se vio disipado con un último siseo que llenó todo el pasillo de vapor ardiente. Zetsuo, junto a su hijo, flexionó ligeramente las rodillas. Y cuando el escudo de hielo se derrumbó con el delicado tintineo del hielo resquebrajándose contra el suelo, Ayame lo vio surcar el pasillo como una sombra oscura. Apareció sobre los ninjas de Kurama con el puño brillante alzado sobre su cabeza y el acerado brillo de sus ojos de águila dictando sentencia.
—¡¡MORID, HIJOS DE PUTA!!
No golpeó directamente a ninguno de ellos. Fue el suelo el que recibió el brutal impacto en su lugar. Las baldosas saltaron por los aires y un cráter de cuatro metros de radio se abrió violentamente allí donde había golpeado.
Ayame jadeó, temblando con violencia, y dejó caer los brazos. Pero se esforzó por quedarse de pie, con los ojos fijos al final del pasillo, observando los resultados de sus acciones.
—Ten cuidado con el chakra que gastas. No te sobreesfuerces —la arrengó su padre.
—Somos cuatro. Luchemos juntos —agregó Kōri, enfriando los ánimos.
—Cinco —habló Kokuō, a través de los propios labios de Ayame.
Ella, con los ojos llenos de lágrimas, asintió en silencio.