1/06/2021, 16:18
Al final, por que no, me decidí a darme un chapuzón. Me levanté del sofá y me puse mi nuevo bañador azul celeste con un estampado de flores de cerezo. La verdad es que la combinación de colores quedaba mejor de lo que uno podia esperarse en principio.
Salí a fuera con una toalla en el hombro, que pronto dejé extendida en el suelo del barco. Solo tenia saltar, nadar, y volver a subir al barco como lo haría cualquier ninja. Trepando por la pared. O eso pensaba. Pero cuando estaba a punto de tirarme al agua, se me vino un extraño pensamiento a la cabeza: Si mi padre no se baña en el estanque de las carpas, que narices hacía yo a punto de nadar donde vivía un bijuu.
De pié en el borde del barco, me acariciaba la barba que me había dejado crecer durante esos meses, mientras pensaba en el asunto. La verdad es que no nadaba por allí desde antes de que viniera a vivir Gyūki, y despues no había tenido un descanso para volver a hacerlo hasta ahora.
Por no darle muchas vueltas al asunto, entré de nuevo al barco, me puse una camisa naranja estampada con palmeritas, unas gafas de sol y unas chanclas. Salí de nuevo al exterior, cogí la toalla, me la eché al hombro, y me fui a la playa. Allí seguro que no tenia problemas, todo el mundo nadaba en la playa, y no era la casa de un bijuu.
No pillaba lejos de casa tampoco, así que tardé muy poco en llegar. Sin fijarme en si habia mucha gente o poca, extendí la toalla en la arena, me quité la camisa, y me tiré al agua a nadar un rato.
Salí a fuera con una toalla en el hombro, que pronto dejé extendida en el suelo del barco. Solo tenia saltar, nadar, y volver a subir al barco como lo haría cualquier ninja. Trepando por la pared. O eso pensaba. Pero cuando estaba a punto de tirarme al agua, se me vino un extraño pensamiento a la cabeza: Si mi padre no se baña en el estanque de las carpas, que narices hacía yo a punto de nadar donde vivía un bijuu.
De pié en el borde del barco, me acariciaba la barba que me había dejado crecer durante esos meses, mientras pensaba en el asunto. La verdad es que no nadaba por allí desde antes de que viniera a vivir Gyūki, y despues no había tenido un descanso para volver a hacerlo hasta ahora.
Por no darle muchas vueltas al asunto, entré de nuevo al barco, me puse una camisa naranja estampada con palmeritas, unas gafas de sol y unas chanclas. Salí de nuevo al exterior, cogí la toalla, me la eché al hombro, y me fui a la playa. Allí seguro que no tenia problemas, todo el mundo nadaba en la playa, y no era la casa de un bijuu.
No pillaba lejos de casa tampoco, así que tardé muy poco en llegar. Sin fijarme en si habia mucha gente o poca, extendí la toalla en la arena, me quité la camisa, y me tiré al agua a nadar un rato.