13/06/2021, 12:56
Ambos ninjas entraron en la posada, decorada a juego con la fachada con la que contaba de una manera tradicional y acogedora a su parecer. Un hombre de cabello cano, a lo lejos, parecía estar esperándoles para que se acercaran.
—¿Habitación para dos, supongo?
—Esto... no, no.—Dijeron ambos al unísono.
El color pálido de Eri tras la pelea recuperó el color, pero de la vergüenza. ¿Qué se estaba imaginando aquel señor? ¿Ella con Yota? Ni en sueños, más quisiera el kusajin este.
— En realidad somos tres, nuestro compañero está a punto de llegar.
—Sí, y nos gustaría saber si cuenta con habitaciones libres para pasar esta noche... Por favor.
—¿Habitación para dos, supongo?
—Esto... no, no.—Dijeron ambos al unísono.
El color pálido de Eri tras la pelea recuperó el color, pero de la vergüenza. ¿Qué se estaba imaginando aquel señor? ¿Ella con Yota? Ni en sueños, más quisiera el kusajin este.
— En realidad somos tres, nuestro compañero está a punto de llegar.
—Sí, y nos gustaría saber si cuenta con habitaciones libres para pasar esta noche... Por favor.