13/06/2021, 18:26
Las ondas sonoras de Ayame se expandieron a su alrededor rápidamente, a modo de sónar. El sonido se deslizó por el suelo, trepó por las paredes y se toparon con las dos puertas de cada lado del pasillo, pero las pasaron de largo y comenzaron a escalar los escalones que había al final. Allí fue donde los encontró: dos personas agazapadas a cada lado del final de la escalinata, uno más alto que el otro, y ambos armados. Los estaban esperando para tenderles una emboscada. Aparte de eso, el eco le devolvió la presencia de varias estructuras de forma cúbica y cilíndrica que no supo reconocer.
Ayame frunció el ceño y dejó de tararear.
—Hay dos personas —informó, en voz muy baja, para que sólo Zetsuo, Kōri y Yui pudieran escucharla—. Están escaleras arriba, uno a cada lado detrás de unos pilares. Uno de ellos lleva una katana y el otro un dai shuriken. Deben sospechar que pasa algo raro, porque están preparados para atacar.
Kōri, a sus espaldas, asintió y se volvió hacia Yui.
—¿Qué sugiere que hagamos, Yui-sama?
—Yo sugiero que vayamos y les demos la paliza de sus vidas a esos desgraciados —gruñó Zetsuo, junto a él.
Ayame entrecerró ligeramente los ojos. No les quedaban muchas más alternativas, si es que querían salir vivos de aquel laberíntico edificio. ¿Pero cuántas sorpresas más les aguardarían después?
—Podríamos usar una bomba de humo y atacar por sorpresa —sugirió.
Ayame frunció el ceño y dejó de tararear.
—Hay dos personas —informó, en voz muy baja, para que sólo Zetsuo, Kōri y Yui pudieran escucharla—. Están escaleras arriba, uno a cada lado detrás de unos pilares. Uno de ellos lleva una katana y el otro un dai shuriken. Deben sospechar que pasa algo raro, porque están preparados para atacar.
Kōri, a sus espaldas, asintió y se volvió hacia Yui.
—¿Qué sugiere que hagamos, Yui-sama?
—Yo sugiero que vayamos y les demos la paliza de sus vidas a esos desgraciados —gruñó Zetsuo, junto a él.
Ayame entrecerró ligeramente los ojos. No les quedaban muchas más alternativas, si es que querían salir vivos de aquel laberíntico edificio. ¿Pero cuántas sorpresas más les aguardarían después?
—Podríamos usar una bomba de humo y atacar por sorpresa —sugirió.