27/06/2021, 20:40
La gente volteó de nuevo, estaba vez por el violento grito y por ende atrayendo la atención no sólo de los vendedores sino de los transeúntes que parecían algo asustados.
El hombre retrocedió y se encogió a sí mismo, como si le hubieran golpeado violentamente. Tal vez no fue un golpe físico, pero emocionalmente ciertamente se había sentido herido. El hombre se llevó manos al pecho y rostro, y tras bajarlos se veían unos brillantes ojos llorosos que ahora ya no sabían si creer o no en la buena voluntad de la chica.
El hombre la vió de arriba abajo, y suspiró. ¿Qué le hacen mal las manzanas? Era difícil de creer.
—Su-supongo— Sonrió nervioso, para luego extender una mandarina a la chica con mano temblorosa. —S-son cinco ryōs...— Extendió la otra mano esperando la paga, rogando en sus interiores que no le gritara de nuevo.
El hombre retrocedió y se encogió a sí mismo, como si le hubieran golpeado violentamente. Tal vez no fue un golpe físico, pero emocionalmente ciertamente se había sentido herido. El hombre se llevó manos al pecho y rostro, y tras bajarlos se veían unos brillantes ojos llorosos que ahora ya no sabían si creer o no en la buena voluntad de la chica.
El hombre la vió de arriba abajo, y suspiró. ¿Qué le hacen mal las manzanas? Era difícil de creer.
—Su-supongo— Sonrió nervioso, para luego extender una mandarina a la chica con mano temblorosa. —S-son cinco ryōs...— Extendió la otra mano esperando la paga, rogando en sus interiores que no le gritara de nuevo.