5/07/2021, 15:45
(Última modificación: 5/07/2021, 19:46 por Kuroyuki. Editado 2 veces en total.)
El ojo rojo de Kurama pareció brillar con más fuerza cuando vio a su Hermana cabalgando hacia él, como burlándose de que acabase de decir que no era tal. Pero Kuroyuki no se movió. Su mirada, impasible, seguía clavada en ellos. Su mano, deslizándose ya hacia adelante.
Cuando la de Yui se levantó y los demás se fueron con un destello... «¡Otra vez esa treta!» ...en los labios de Kuroyuki, sin embargo, se dibujó una sonrisa.
Yui se parecía a Kurama.
—Su pecado capital y el tuyo son el mismo: el orgullo. Y morirás por él.
Hubo un ruido, metálico, muy fuerte, como el de una espada saliendo de una vaina. Pero la vaina era el universo sin nacer, y el sonido fue el big bang. Luego, en el vacío, un silencio absoluto. Una línea roja, en vertical, recorriendo en cuestión de medio segundo el espacio quebrado entre Kuroyuki, Kōkuo, y Yui, que había saltado (200 PV). El corte atravesó los dai shuriken que Yui lanzó, y también a Kokuō, si no corregía su trayectoria. Pero lo cierto es que Kuroyuki, y Kurama, miraban más allá de Kokuō. La ignoraban. Sus ojos estaban fijos en la humana que había osado desafiar al legítimo Emperador.
El suelo y el techo se hundieron con forma de uve y la nieve comenzó a caer, sepultando el pasillo, desde un punto cercano a la espalda de Yui. Kuroyuki retrocedió con cautela, dando unos pasos increíblemente rápidos hacia atrás, perfectamente coordinados. Era casi como un baile (Agilidad 120), (Percepción 120), (Destreza 100).
Cuando la de Yui se levantó y los demás se fueron con un destello... «¡Otra vez esa treta!» ...en los labios de Kuroyuki, sin embargo, se dibujó una sonrisa.
Yui se parecía a Kurama.
—Su pecado capital y el tuyo son el mismo: el orgullo. Y morirás por él.
«¡Eh!»
¡sssSSLISH!
Hubo un ruido, metálico, muy fuerte, como el de una espada saliendo de una vaina. Pero la vaina era el universo sin nacer, y el sonido fue el big bang. Luego, en el vacío, un silencio absoluto. Una línea roja, en vertical, recorriendo en cuestión de medio segundo el espacio quebrado entre Kuroyuki, Kōkuo, y Yui, que había saltado (200 PV). El corte atravesó los dai shuriken que Yui lanzó, y también a Kokuō, si no corregía su trayectoria. Pero lo cierto es que Kuroyuki, y Kurama, miraban más allá de Kokuō. La ignoraban. Sus ojos estaban fijos en la humana que había osado desafiar al legítimo Emperador.
El suelo y el techo se hundieron con forma de uve y la nieve comenzó a caer, sepultando el pasillo, desde un punto cercano a la espalda de Yui. Kuroyuki retrocedió con cautela, dando unos pasos increíblemente rápidos hacia atrás, perfectamente coordinados. Era casi como un baile (Agilidad 120), (Percepción 120), (Destreza 100).