6/07/2021, 20:09
—Menudo día de mierda —farfulló Datsue, probablemente por décima vez en aquella tarde.
Volvía de una misión en un poblado cercano a las cordilleras del Valle de los Dojos. Uno de esos encargos de ninja de toda la vida. Espionaje, recopilación de pruebas, infiltración… Toda una historia para contar en una novela. Había sido jodida de realizar, desde luego, y se había visto en más de un aprieto. Resultaba que el solicitante de la misión sospechaba que su mujer le estaba poniendo los cuernos con el vecino. Y claro, quería salir de dudas.
«Salir salió, de eso no cabe duda».
Se detuvo un momento, apoyado en un árbol, para contemplar desde lo lejos las colosales estatuas del Valle del Fin. No le traían muy buenos recuerdos, precisamente. Ahora que se fijaba, ¿había alguien subido en la cabeza de una de las estatua? Escudriñó con la mirada, pero estaba demasiado lejos como para estar seguro.
—Bah —dijo, sin darle importancia. Se dio media vuelta y se marchó en dirección a Uzushiogakure.
Porque así es la vida: llena de casualidades, sí, pero también de encuentros que pudieron ser y no fueron. Quizá esta no sea una historia digna de contar. Dos protagonistas de este mundo que pasan cerca el uno del otro pero no se ven. Sin más intriga ni más miga que esa. Pero así es la vida, también: llena de decepciones.
Volvía de una misión en un poblado cercano a las cordilleras del Valle de los Dojos. Uno de esos encargos de ninja de toda la vida. Espionaje, recopilación de pruebas, infiltración… Toda una historia para contar en una novela. Había sido jodida de realizar, desde luego, y se había visto en más de un aprieto. Resultaba que el solicitante de la misión sospechaba que su mujer le estaba poniendo los cuernos con el vecino. Y claro, quería salir de dudas.
«Salir salió, de eso no cabe duda».
Se detuvo un momento, apoyado en un árbol, para contemplar desde lo lejos las colosales estatuas del Valle del Fin. No le traían muy buenos recuerdos, precisamente. Ahora que se fijaba, ¿había alguien subido en la cabeza de una de las estatua? Escudriñó con la mirada, pero estaba demasiado lejos como para estar seguro.
—Bah —dijo, sin darle importancia. Se dio media vuelta y se marchó en dirección a Uzushiogakure.
Porque así es la vida: llena de casualidades, sí, pero también de encuentros que pudieron ser y no fueron. Quizá esta no sea una historia digna de contar. Dos protagonistas de este mundo que pasan cerca el uno del otro pero no se ven. Sin más intriga ni más miga que esa. Pero así es la vida, también: llena de decepciones.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado