19/01/2016, 01:23
(Última modificación: 19/01/2016, 01:25 por Sasaki Reiji.)
—Encantada de conocerle, señor Riji. Reiji, eso. Oh, disculpa, no era mi intención faltar al respeto de nuevo
La chica había pronunciado su nombre de forma incorrecta. Y luego se disculpo tras hacerlo de forma correcta. Reiji no pudo evitar reírse. Aquello le había parecido gracioso y para nada ofensivo. Bien sabia el shinobi de amegakure que su nombre no era nada común, de hecho no conocía mucha mas gente con ese nombre. Por no decir que no conocía a nadie con su mismo nombre.
—Disculpa, disculpa, no he podido evitar reír ante semejante acontecimiento
—Yo... Vine aquí a explorar, así que... ¿No le importará que le haga compañía? Siempre y cuando decida quedarse por aquí
—Por descontado, quien seria el demente que rechazara la compañia de un angel
Reiji dio un paso adelante, en dirección opuesta hacia el castillo, y cedió el paso a la chica, como el caballero del que se trataba, o del caballero que el se creia.
—Las damas primero
Si Eri entraba al castillo se encontraría con un enorme pasillo de roca maciza, adornado con armaduras samurai ornamentales, de aspecto bastante frágil y cubiertas por varias capas de polvo. Habia alguna pintura en la pared, antaño esplendorosa, ahora ni siquiera alcanzaba a reconocerse lo que habia pintado en ella. Tanto a derecha como izquierda habían escaleras que subían a un oscuro segundo piso y al fondo, otra enorme puerta de madera.
La chica había pronunciado su nombre de forma incorrecta. Y luego se disculpo tras hacerlo de forma correcta. Reiji no pudo evitar reírse. Aquello le había parecido gracioso y para nada ofensivo. Bien sabia el shinobi de amegakure que su nombre no era nada común, de hecho no conocía mucha mas gente con ese nombre. Por no decir que no conocía a nadie con su mismo nombre.
—Disculpa, disculpa, no he podido evitar reír ante semejante acontecimiento
—Yo... Vine aquí a explorar, así que... ¿No le importará que le haga compañía? Siempre y cuando decida quedarse por aquí
—Por descontado, quien seria el demente que rechazara la compañia de un angel
Reiji dio un paso adelante, en dirección opuesta hacia el castillo, y cedió el paso a la chica, como el caballero del que se trataba, o del caballero que el se creia.
—Las damas primero
Si Eri entraba al castillo se encontraría con un enorme pasillo de roca maciza, adornado con armaduras samurai ornamentales, de aspecto bastante frágil y cubiertas por varias capas de polvo. Habia alguna pintura en la pared, antaño esplendorosa, ahora ni siquiera alcanzaba a reconocerse lo que habia pintado en ella. Tanto a derecha como izquierda habían escaleras que subían a un oscuro segundo piso y al fondo, otra enorme puerta de madera.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)