11/07/2021, 00:56
(Última modificación: 11/07/2021, 00:58 por Akamatsu Nao. Editado 1 vez en total.)
El sujeto parpadeó varias veces.
—Ah, eso... Sí...— Se rascó la nuca. —Aunque ese amiguito ya debe tener una mejor familia ahora...— El hombre se sobó el hombro, aunque volteó la vista al frente cuando la chica le extendiendo un papel. El hombre con parsimonia lo tomó y abrió su contenido echando una rápida ojeada. —...
Sus ojos se movían rápidamente de izquierda a derecha y sus pupilas se contraían cada vez más y más. Su expresión era indescifrable, pero por alguna razón ya no parecía perdida, sino llena de ira. Para su suerte, esa furia no estaba destinada a la kunoichi sino a la carta, o más bien a las palabras que ahí se encontraban.
Agachó la mirada, siendo que su flequillo ensombreció su rostro. El hombre se quedó de pie unos instantes, como si de pronto el tiempo se hubiese congelado. Todo a su alrededor continua fluyendo, pero él estaba completamente inmóvil, sujetando el papel.
Apretó el papel con ambas manos, y de pronto bruscamente tiró de él rompiéndolo en dos pedazos mientras el alzaba la cara y se carcajeaba hacia el cielo.
—Ah, eso... Sí...— Se rascó la nuca. —Aunque ese amiguito ya debe tener una mejor familia ahora...— El hombre se sobó el hombro, aunque volteó la vista al frente cuando la chica le extendiendo un papel. El hombre con parsimonia lo tomó y abrió su contenido echando una rápida ojeada. —...
Sus ojos se movían rápidamente de izquierda a derecha y sus pupilas se contraían cada vez más y más. Su expresión era indescifrable, pero por alguna razón ya no parecía perdida, sino llena de ira. Para su suerte, esa furia no estaba destinada a la kunoichi sino a la carta, o más bien a las palabras que ahí se encontraban.
Agachó la mirada, siendo que su flequillo ensombreció su rostro. El hombre se quedó de pie unos instantes, como si de pronto el tiempo se hubiese congelado. Todo a su alrededor continua fluyendo, pero él estaba completamente inmóvil, sujetando el papel.
Apretó el papel con ambas manos, y de pronto bruscamente tiró de él rompiéndolo en dos pedazos mientras el alzaba la cara y se carcajeaba hacia el cielo.