13/07/2021, 11:31
(Última modificación: 13/07/2021, 11:32 por Sasagani Yota.)
Por increíble que pareciese, dormimos toda la noche del tirón hasta que Eri amaneció y le dio por despertarnos tanto a Daruu como a mí. Aunque me hubiese quedado un buen rato más haciendo el manta y el vago, entendí que era hora de ponerse en marcha y poner rumbo a un desayuno que no esperaba en lo absoluto. No obstante, como suelo decir... cuando uno va de viaje por ahí debe adaptarse a la cultura y tradiciones del lugar así que traté de saborear aquel desayuno a base de calabaza porque... todo llevaba algo de calabaza.
Tras aquel desayuno tan particular los tres shinobis pusimos rumbo al ayuntamiento donde reportaríamos todo lo sucedido durante la jornada anterior en Yachi y cómo erradicamos de raíz los problemas de Yachi, lo cual no fue tarea sencilla, ni mucho menos. En la puerta de entrada, como en el día anterior yacían aquel chico que siempre cuidaba de la otra chica, la cual estaba jodidamente colgada de Daruu, su aspecto era visiblemente deplorable y no pude evitar sentir lástima.
— No merece la pena que te pongas así por nadie. Deberías pasar página y tratar de disfrutar de la vida. De hecho... Estos dos han dormido juntos — le dije al oído para evitar las represalias de mis compañeros de misión.
No pude evitarlo. Y aunque era cierto, no lo hicieron bajo la idea que claramente empezaría a sobrevolar la cabeza de aquella muchacha. El chico nos acompañó hasta la sala en la que en el día anterior Hada nos dio los detalles de la misión. Allí estaba su fiel mayordomo que nos ofreció algo para beber aunque, obviamente no estabamos muy por la labor de eso tras el tremendo desayuno que nos habíamos tomado.
— Oh, yo tampoco tomaré nada. Muchas gracias
Por ahora ya solo quedaba esperar a la llegada de Hada.
Tras aquel desayuno tan particular los tres shinobis pusimos rumbo al ayuntamiento donde reportaríamos todo lo sucedido durante la jornada anterior en Yachi y cómo erradicamos de raíz los problemas de Yachi, lo cual no fue tarea sencilla, ni mucho menos. En la puerta de entrada, como en el día anterior yacían aquel chico que siempre cuidaba de la otra chica, la cual estaba jodidamente colgada de Daruu, su aspecto era visiblemente deplorable y no pude evitar sentir lástima.
— No merece la pena que te pongas así por nadie. Deberías pasar página y tratar de disfrutar de la vida. De hecho... Estos dos han dormido juntos — le dije al oído para evitar las represalias de mis compañeros de misión.
No pude evitarlo. Y aunque era cierto, no lo hicieron bajo la idea que claramente empezaría a sobrevolar la cabeza de aquella muchacha. El chico nos acompañó hasta la sala en la que en el día anterior Hada nos dio los detalles de la misión. Allí estaba su fiel mayordomo que nos ofreció algo para beber aunque, obviamente no estabamos muy por la labor de eso tras el tremendo desayuno que nos habíamos tomado.
— Oh, yo tampoco tomaré nada. Muchas gracias
Por ahora ya solo quedaba esperar a la llegada de Hada.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa