19/01/2016, 23:42
Datsue esbozó una sonrisa de satisfacción ante el ceño fruncido de Kunie, que no le había gustado la respuesta del Uchiha. Era su particular victoria en una guerra dialéctica plagada de derrotas, y por eso aún le supo mejor.
- ¿Por quién me tomas? - replicó, con gesto ofendido.- Soy una dama, y escarbar en cabezas ajenas no es algo propio de una dama. En cuanto a lo segundo...
Definitivamente, esta chica tiene más cuento que yo, que ya es decir…
- Soy de Takigakure. ¿Satisfecho? - inquirió, poniendo cara de indiferencia.
Datsue abrió los ojos, sorprendido. Hostia, de mi Aldea… No sé si eso es bueno o malo.
- Ahora para de darle a la sin hueso. Ven conmigo.
Sin darle tiempo a responder, Kunie le tomó del brazo y le arrastró por entre el gentío. Jo-der. ¿Pero quién se creía aquella muchacha para arrastrarle como a un trapo? Sin duda tenía que pararle los pies. Estaba muy confundida si creía que podía tratarle así. Abrió la boca para protestar, y entonces sus ojos se encontraron con los suyos, del color del néctar y el ámbar, y bajaron hasta sus labios, sugerentes y encarnados, y ya no supo qué demonios iba a decirle.
Cerró la boca y suspiró. ¿Por qué demonios tiene que ser tan condenadamente guapa?
La muchacha siguió guiándole, cada vez por callejones más oscuros y siniestros, mientras la noche caía con desánimo sobre la ciudad de Notsuba.
—Oye, ¿no te parece que vas un poquito rápido? —preguntó, de forma aparentemente seria—. No digo que me presentes a tus padres, pero… No hemos tenido ni la primera cita y ya me coges de la mano y me llevas por callejones oscuros…—Una sonrisa divertida asomó a sus labios—. Que sepas que no soy un chico fácil.
Tras la pequeña broma inocente, ambos ninjas de Takigakure continuaron caminando hasta llegar a un edificio de dos plantas, cuyo cartel encima de la puerta indicaba: El Baku nocturno.
- ¿Sabes jugar a las cartas, Datsue-san? Porque, la verdad, esta noche me siento con facilidad para el juego, y tú has engrosado la cartera a base de bien gracias a mi ayuda. - soltó una risita maliciosa.
—Bueno… La verdad es que prefiero juegos como el shōgi —respondió, aunque ya veía venir por donde iban a ir los tiros.
-Claro que, unos borrachuzos de mente estrecha nunca compartirían mesa con una dama. ¿Me sigues?
Madre mía. Que peligro de mujer…
—Supongo que sí —respondió de forma escueta—. Quieres que juegue por ti, ¿no? —Y supongo que me chivarás las cartas de los contrarios con ese don tuyo… No es lista ni nada la chica esta.
- ¿Por quién me tomas? - replicó, con gesto ofendido.- Soy una dama, y escarbar en cabezas ajenas no es algo propio de una dama. En cuanto a lo segundo...
Definitivamente, esta chica tiene más cuento que yo, que ya es decir…
- Soy de Takigakure. ¿Satisfecho? - inquirió, poniendo cara de indiferencia.
Datsue abrió los ojos, sorprendido. Hostia, de mi Aldea… No sé si eso es bueno o malo.
- Ahora para de darle a la sin hueso. Ven conmigo.
Sin darle tiempo a responder, Kunie le tomó del brazo y le arrastró por entre el gentío. Jo-der. ¿Pero quién se creía aquella muchacha para arrastrarle como a un trapo? Sin duda tenía que pararle los pies. Estaba muy confundida si creía que podía tratarle así. Abrió la boca para protestar, y entonces sus ojos se encontraron con los suyos, del color del néctar y el ámbar, y bajaron hasta sus labios, sugerentes y encarnados, y ya no supo qué demonios iba a decirle.
Cerró la boca y suspiró. ¿Por qué demonios tiene que ser tan condenadamente guapa?
La muchacha siguió guiándole, cada vez por callejones más oscuros y siniestros, mientras la noche caía con desánimo sobre la ciudad de Notsuba.
—Oye, ¿no te parece que vas un poquito rápido? —preguntó, de forma aparentemente seria—. No digo que me presentes a tus padres, pero… No hemos tenido ni la primera cita y ya me coges de la mano y me llevas por callejones oscuros…—Una sonrisa divertida asomó a sus labios—. Que sepas que no soy un chico fácil.
Tras la pequeña broma inocente, ambos ninjas de Takigakure continuaron caminando hasta llegar a un edificio de dos plantas, cuyo cartel encima de la puerta indicaba: El Baku nocturno.
- ¿Sabes jugar a las cartas, Datsue-san? Porque, la verdad, esta noche me siento con facilidad para el juego, y tú has engrosado la cartera a base de bien gracias a mi ayuda. - soltó una risita maliciosa.
—Bueno… La verdad es que prefiero juegos como el shōgi —respondió, aunque ya veía venir por donde iban a ir los tiros.
-Claro que, unos borrachuzos de mente estrecha nunca compartirían mesa con una dama. ¿Me sigues?
Madre mía. Que peligro de mujer…
—Supongo que sí —respondió de forma escueta—. Quieres que juegue por ti, ¿no? —Y supongo que me chivarás las cartas de los contrarios con ese don tuyo… No es lista ni nada la chica esta.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado