20/01/2016, 01:04
Datsue arrugó la nariz, asqueado por el aire viciado que se respiraba en aquel antro de mala muerte al que le habían arrastrado. Mientras tanto, Kunie se deslizó hacia la barra y pidió sake con la naturalidad propia de un bebedor de toda la vida, y no como la chiquilla menor de edad que era.
Cuando le ofreció un vaso, Datsue alzó las cejas, estupefacto. El Uchiha había leído muchos libros de toda índole, incluso había leído la Novela de Genji, un libro que narraba las aventuras amorosas de Genji Monogatari, un auténtico seductor del cual había aprendido más de un truco para ligar —o eso creía—. Gracias a dicha lectura, había logrado enriquecer su vocabulario y parecer mayor gracias a su labia —y a mi encantador carisma—, pero una cosa era parecerlo y otra muy distinta serlo.
Por eso, tuvo que hacer un esfuerzo por que su mano agarrase la copa que le ofrecía Kunie, rumiando lo apropiado que sería para un chico de su edad beber alcohol. ¿Y si se emborrachaba con sólo un trago?
Entonces vio el gesto de la kunoichi, que le instaba a tomar asiento con los jugadores. Voy, voy.
Se dirigió con desidia a la mesa donde tres hombres jugaban a las cartas, arrastrando los pies. Apoyó con la mano libre el respaldo de una silla vacía y miró al que parecía más rudo.
—¿Hay sitio para un cuarto jugador? —preguntó, llevándose la mano a la cartera y dejándola caer sobre la mesa. Con sólo mirarla se veía que estaba a rebosar.
Te das cuenta de lo primo que parezco? se esforzó en preguntar con la mente. Ellos son los lobos y yo la oveja, lista para esquilar. Y, como bien sabía Datsue, eso era bueno. Maravillosamente bueno. Porque no hay nada mejor para un lobo que parecer una oveja.
Cuando le ofreció un vaso, Datsue alzó las cejas, estupefacto. El Uchiha había leído muchos libros de toda índole, incluso había leído la Novela de Genji, un libro que narraba las aventuras amorosas de Genji Monogatari, un auténtico seductor del cual había aprendido más de un truco para ligar —o eso creía—. Gracias a dicha lectura, había logrado enriquecer su vocabulario y parecer mayor gracias a su labia —y a mi encantador carisma—, pero una cosa era parecerlo y otra muy distinta serlo.
Por eso, tuvo que hacer un esfuerzo por que su mano agarrase la copa que le ofrecía Kunie, rumiando lo apropiado que sería para un chico de su edad beber alcohol. ¿Y si se emborrachaba con sólo un trago?
Entonces vio el gesto de la kunoichi, que le instaba a tomar asiento con los jugadores. Voy, voy.
Se dirigió con desidia a la mesa donde tres hombres jugaban a las cartas, arrastrando los pies. Apoyó con la mano libre el respaldo de una silla vacía y miró al que parecía más rudo.
—¿Hay sitio para un cuarto jugador? —preguntó, llevándose la mano a la cartera y dejándola caer sobre la mesa. Con sólo mirarla se veía que estaba a rebosar.
Te das cuenta de lo primo que parezco? se esforzó en preguntar con la mente. Ellos son los lobos y yo la oveja, lista para esquilar. Y, como bien sabía Datsue, eso era bueno. Maravillosamente bueno. Porque no hay nada mejor para un lobo que parecer una oveja.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado