18/07/2021, 11:02
Eri siguió al shinobi-herrero a su barco, donde le señaló el baño para poder cambiarse. Eri asintió y, tras un sonoro gracias, se perdió dentro de la habitación. No tardó mucho en cambiarse, además; para no cargar con su ropa, se la selló en el antebrazo.
Recogido el cabello en un moño alto y con el bañador ya colocado, salió y buscó a Reiji, quien esperaba, paciente y junto con dos toallas.
—¡Ya estoy aquí!
Sin embargo, una terrible ola sacudió el hogar de Reiji, junto con otra ola, mucho más potente. Sin embargo, ésta última no había sido de agua, sino de un chakra rojizo. Ambas les harían trastabillar si no se sujetaban rápido. Eri se sujetó como buenamente pudo, mirando hacia donde había venido aquellas inesperadas ola.
A lo lejos, se podía vislumbrar una silueta sobre el agua, aunque para su suerte, estaba muy lejos del puerto de Uzushiogakure. Sin embargo, varios ninjas ya se estaban preparando para marchar hacia aquella dirección.
—¡Reiji! ¿Estás bien? —exclamó la chica.
Recogido el cabello en un moño alto y con el bañador ya colocado, salió y buscó a Reiji, quien esperaba, paciente y junto con dos toallas.
—¡Ya estoy aquí!
Sin embargo, una terrible ola sacudió el hogar de Reiji, junto con otra ola, mucho más potente. Sin embargo, ésta última no había sido de agua, sino de un chakra rojizo. Ambas les harían trastabillar si no se sujetaban rápido. Eri se sujetó como buenamente pudo, mirando hacia donde había venido aquellas inesperadas ola.
A lo lejos, se podía vislumbrar una silueta sobre el agua, aunque para su suerte, estaba muy lejos del puerto de Uzushiogakure. Sin embargo, varios ninjas ya se estaban preparando para marchar hacia aquella dirección.
—¡Reiji! ¿Estás bien? —exclamó la chica.