20/07/2021, 22:13
—¿Ves? —Sonrió Daruu—. No era tan difícil. —El Hyūga formuló el sello del Carnero—. ¡Kai! —Las paredes ensangrentadas desaparecieron como por arte de magia. Lo hicieron despacio, como el espejismo de un desierto cuando cae la noche y acecha el frío. Claro que eso ni Jun ni Daruu lo sabían, o si lo sabían sería de oídas, porque no habían estado jamás en el País del Viento, ni en el País del Rayo.
Daruu suspiró.
»Me llamo Amedama Daruu. Me gustaría decir que estoy encantado de conocerte —dijo—, pero lo que has hecho está mal. ¿Torturar civiles con Ninjutsu? Entre tú y yo, si la jefa llega a enterarse de esto, podría raparte el pelo al cero y dejarte calva. Podría fabricar una cuerda con él y atarte del meñique a la torre, y apostarse unos cuantos ryō a que te caes antes de un minuto. O peor... podría hacerte limpiar los baños del Torreón de la Academia. De abajo a arriba. —Quizás había exagerado con lo primero. Aunque conocía un caso...
»Bueno. Parecía todo un chiste, pero la Tormenta, Yui... ¿sabes? Cuentan las malas lenguas que existió una genin irreverente y contestona que le plantó cara en su despacho cuando todavía era Arashikage —relató—. Ha habido muchos, claro, y suelen acabar muertos por lo general. Pero esta... esta era inmortal...
Daruu sonrió ampliamente. Aunque no era una historia sobre su aldea de la que se enorgulleciera —y en particular, había un amigo que le dedicaría en esos momentos algo más que palabras—, lo cierto es que tal vez pudiera enderezar a la joven antes de que se repitiese con ella.
»...y como no se la podía matar, la Arashikage la Cuarta la hizo pedacitos y los selló en el fondo del lago.
Daruu suspiró.
»Me llamo Amedama Daruu. Me gustaría decir que estoy encantado de conocerte —dijo—, pero lo que has hecho está mal. ¿Torturar civiles con Ninjutsu? Entre tú y yo, si la jefa llega a enterarse de esto, podría raparte el pelo al cero y dejarte calva. Podría fabricar una cuerda con él y atarte del meñique a la torre, y apostarse unos cuantos ryō a que te caes antes de un minuto. O peor... podría hacerte limpiar los baños del Torreón de la Academia. De abajo a arriba. —Quizás había exagerado con lo primero. Aunque conocía un caso...
»Bueno. Parecía todo un chiste, pero la Tormenta, Yui... ¿sabes? Cuentan las malas lenguas que existió una genin irreverente y contestona que le plantó cara en su despacho cuando todavía era Arashikage —relató—. Ha habido muchos, claro, y suelen acabar muertos por lo general. Pero esta... esta era inmortal...
Daruu sonrió ampliamente. Aunque no era una historia sobre su aldea de la que se enorgulleciera —y en particular, había un amigo que le dedicaría en esos momentos algo más que palabras—, lo cierto es que tal vez pudiera enderezar a la joven antes de que se repitiese con ella.
»...y como no se la podía matar, la Arashikage la Cuarta la hizo pedacitos y los selló en el fondo del lago.