21/07/2021, 00:37
Durante un segundo, y solo uno, Daigo recordó a un muy buen amigo al que llevaba ya mucho tiempo sin ver. Miró a Daruu, serio, concentrado. Sabía que el combate estaba ya muy cerca de su fin, y ahora que su clon empezaba a caer, tenía una oportunidad que no podía perder.
—Let's do this.
De nuevo, el chico realizó un único sello manual para, de nuevo, escupir una enorme cantidad de polvo entre ambos, con la intención de cegar tanto a su rival como a él mismo (¤ Fūton: Sunabokori x2).
«Hora de poner en marcha el plan».
Si Daruu intentaba mirar hacia adelante o hacia los lados, se daría cuenta rápidamente de que no podría encontrar a Tsukiyama Daigo por ningún lugar. Esto era porque el boxeador había optado por bucear bajo el agua, en un intento por evitar que lo volviese a encontrar de la misma manera que antes.
Mientras tanto, el clon que había saltado antes ya estaba cayendo con las dos piernas por delante en la posición en la que se encontraba Daruu la última vez que cayó, esperando darle una buena patada durante la bajada (19 PV).
El real volvió a emerger, de pie en uno de los muchos troncos que flotaban en aquel improvisado lago, a un costado de la nube de humo que había creado. Estaba extremadamente cansado y herido, pero ya había hecho el tiempo suficiente para jugarlo todo a una última carta.
—Let's do this.
De nuevo, el chico realizó un único sello manual para, de nuevo, escupir una enorme cantidad de polvo entre ambos, con la intención de cegar tanto a su rival como a él mismo (¤ Fūton: Sunabokori x2).
«Hora de poner en marcha el plan».
Si Daruu intentaba mirar hacia adelante o hacia los lados, se daría cuenta rápidamente de que no podría encontrar a Tsukiyama Daigo por ningún lugar. Esto era porque el boxeador había optado por bucear bajo el agua, en un intento por evitar que lo volviese a encontrar de la misma manera que antes.
Mientras tanto, el clon que había saltado antes ya estaba cayendo con las dos piernas por delante en la posición en la que se encontraba Daruu la última vez que cayó, esperando darle una buena patada durante la bajada (19 PV).
El real volvió a emerger, de pie en uno de los muchos troncos que flotaban en aquel improvisado lago, a un costado de la nube de humo que había creado. Estaba extremadamente cansado y herido, pero ya había hecho el tiempo suficiente para jugarlo todo a una última carta.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.