21/07/2021, 14:40
— Usar la cabeza. —Claro y conciso, Daigo no necesitaba más.
—Perfecto.
Daigo se preparó, dispuesto para poner en marcha su pequeño plan. Ya tenía todas las cartas sobre la mesa y solo tenía que jugarlas en el orden correcto.
Excepto que antes de que se hubiese dado cuenta, Zaide ya se había deshecho de las cartas, de la mesa y del juego entero.
—¿Alguna vez habéis jugado al juego de las estatuas...?
Kumopansa empezó a moverse hacia Daigo, mientras él le hacía una seña con la mano para que se esté quieta.
Ahora estaban en una situación complicada. Zaide tenía a Yota de rehén y exigía que hicieran exactamente lo que les dijese, a menos que quisieran tener que volver a montar a su compañero.
Daigo miró al Uchiha directamente a los ojos y allí mantuvo la mirada. Pensó que quizás podría hacer algo, pero también existía la posibilidad de que cortarse a Yota antes de que llegase.
Necesitaba tiempo.
—Muy bien. Tú ganas. —¡Splash! Su clon cayó al agua, pero Daigo no movió ni un músculo ni hizo el amago de hacer algo con él—. ¿Negociamos?
Mientras hablaba, los clones se mantenían también cerca de su posición original, bajo Yota y Zaide, fuera de su vista.
—Perfecto.
Daigo se preparó, dispuesto para poner en marcha su pequeño plan. Ya tenía todas las cartas sobre la mesa y solo tenía que jugarlas en el orden correcto.
Excepto que antes de que se hubiese dado cuenta, Zaide ya se había deshecho de las cartas, de la mesa y del juego entero.
—¿Alguna vez habéis jugado al juego de las estatuas...?
Kumopansa empezó a moverse hacia Daigo, mientras él le hacía una seña con la mano para que se esté quieta.
Ahora estaban en una situación complicada. Zaide tenía a Yota de rehén y exigía que hicieran exactamente lo que les dijese, a menos que quisieran tener que volver a montar a su compañero.
Daigo miró al Uchiha directamente a los ojos y allí mantuvo la mirada. Pensó que quizás podría hacer algo, pero también existía la posibilidad de que cortarse a Yota antes de que llegase.
Necesitaba tiempo.
—Muy bien. Tú ganas. —¡Splash! Su clon cayó al agua, pero Daigo no movió ni un músculo ni hizo el amago de hacer algo con él—. ¿Negociamos?
Mientras hablaba, los clones se mantenían también cerca de su posición original, bajo Yota y Zaide, fuera de su vista.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.