22/07/2021, 11:06
El último en acceder a aquella especie de sala de reuniones fue Daruu que rechazó, al igual que los demás, el ofrecimiento. Especialmente si llevaba el ingrediente estrella de Yachi. La dichosa calabaza. No era para menos. Aquellos días todo tenía sabor a calabaza y uno tenía la sensación de que cualquier otro sabor era producto de la imaginación.
Anoche fui a visitar a esa chica de la entrada. Me disculpé con ella. La pobre estaba completamente borracha
Ah si, la chica de la puerta, la misma que montó el numerito de anoche cuando el amejin le dio... bueno, exacto, calabazas. Pero aquellos no fueron las calabazas que gustaban a nadie. En ocasiones tampoco eran plato de gusta para el que las daba.
Espero que se olvide pronto y levante cabeza. Creo que debería darle una oportunidad a ese otro chico.
Me senté en una de las sillas mientras seguíamos haciendo tiempo para que llegase Hada.
»¿Habéis visto cómo me miraba? Odio ser el centro de atención, y entre la una y el otro... se nota a la legua que está coladísimo.
— Supongo que te refieres a la chica del numerito de ayer, la misma que estaba en la puerta del ayuntamiento con un aspecto más bien tirando a lamentable. La verdad es que no sé qué ha visto en ti que no tenga el otro chaval. Supongo que para ella las apariencias importan más que nada, imaginate salir con un jōnin y todo un shinobi de Amegakure. sería el orgullo de su familia, seguramente
Saqué la petaca de mi pantalón y tomé uno de mis caramelos, luego la abrí y la ofrecí al amejin y a la uzujin.
— ¿Queréis uno? Prometo que no llevan calabaza
Anoche fui a visitar a esa chica de la entrada. Me disculpé con ella. La pobre estaba completamente borracha
Ah si, la chica de la puerta, la misma que montó el numerito de anoche cuando el amejin le dio... bueno, exacto, calabazas. Pero aquellos no fueron las calabazas que gustaban a nadie. En ocasiones tampoco eran plato de gusta para el que las daba.
Espero que se olvide pronto y levante cabeza. Creo que debería darle una oportunidad a ese otro chico.
Me senté en una de las sillas mientras seguíamos haciendo tiempo para que llegase Hada.
»¿Habéis visto cómo me miraba? Odio ser el centro de atención, y entre la una y el otro... se nota a la legua que está coladísimo.
— Supongo que te refieres a la chica del numerito de ayer, la misma que estaba en la puerta del ayuntamiento con un aspecto más bien tirando a lamentable. La verdad es que no sé qué ha visto en ti que no tenga el otro chaval. Supongo que para ella las apariencias importan más que nada, imaginate salir con un jōnin y todo un shinobi de Amegakure. sería el orgullo de su familia, seguramente
Saqué la petaca de mi pantalón y tomé uno de mis caramelos, luego la abrí y la ofrecí al amejin y a la uzujin.
— ¿Queréis uno? Prometo que no llevan calabaza
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa