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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#2
Una misteriosa figura recorría, en silencio, el camino hacia el lago. La capa negra que se ceñía a su cuerpo revelaba muy poco de su silueta, además de su corta estatura y sus andares aparentemente tranquilos. Lo cierto es que aquella persona, por dentro, no estaba para nada relajada. En toda su vida, Juro se había perdido en muchas ocasiones, pero, a decir verdad, eso no hacía la situación menos frustrante.

« ¿Donde diablos me he metido esta vez? ¡Por aquí no se va al País del Viento!» — se lamentó Juro. Se suponía que el camino ya estaba más que superado. Que iba a ser fácil. Y ahí estaba él, dando vueltas en círculos. Tuvo que haberlo sospechado cuando dejó de ver montañas y comenzó a ver árboles. O en el momento en el que entró en el bosque. Pero arrepentirse a esas alturas ya no valía de nada.

« Desde luego, no hay ni rastro de arena, chico.
Quizá hubieras tenido más suerte si hubieras escuchado mi consejo antes...»

« ¡Lo único que has hecho en todo el camino es reírte de mí! »

« Jejeje»

Juro ignoró las burlas y se centró en su alrededor. Parecía haber superado el bosque y haber llegado a una especie de claro. Más adelante, se encontraba un gran lago. Se encogió de hombros y continuó andando hacia él. Supuso que si lo veía de cerca podría conseguir alguna pista sobre qué lugar era ese, o incluso averiguar como regresar. El camino de vuelta estaba demasiado difuso en su mente y temía perderse aún más si trataba de dar la vuelta en ese momento.

Aunque alguien lograra quitarle la capa que lo protegía de miradas ajenas, no encontraría ni rastro del Eikyuu Juro que aparecía en los carteles. Se había hecho un cambio y por todo lo grande. Después de varios intentos fallidos de ocultar su identidad por medio de técnicas, se había dado cuenta de la inutilidad de las mismas: un empujón o un fallo de cálculos y su persona quedaría expuesta. Recordaba, sin embargo, lo bien que se había ocultado Uchiha Zaide el día que se cruzaron. Aunque le costara admitirlo, él era un exiliado mucho más experto que Juro, y la verdad es que debía aprender de su ejemplo si quería seguir viviendo. Le había costado un tiempo, pero durante su viaje, había buscado imitar al "maestro" por todos los medios posibles.

Por ello, sus ojos ya no eran marrones, sino azules, gracias a una buenas lentillas de contacto. Había encontrado unas prótesis bastante decentes que se habían adecuado a su nariz y barbilla, dándole una expresión más aguileña y ligeramente más afeada, y una barbilla más cuadrada. Se había permitido incluso marcar varias pecas en su rostro, de una manera bastante convincente. Lo único que no había modificado era su pelo, pero no le preocupaba: su coleta negra enmarañada era muy diferente al flequillo que en su día solía llevar, y, de cualquier manera, sería por personas con el pelo negro en el mundo. Su piel también era ligeramente más morena que en los carteles. Estaba prácticamente irreconocible.

No era el disfraz perfecto, y distaba mucho de serlo, pero serviría para refugiarse de miradas intranquilas.

Mientras andaba, perdido en sus pensamientos, escuchó algo. O más bien, lo vio. En mitad del lago, había alguien. Ojiplático, observó como una chica de piel morena, ojos verdes y pelo rojizo danzaba encima del agua. Llevaba un amplio vestido de colores brillantes que giraba con su cuerpo y que captó la atención del muchacho al instante. Desde luego, no era algo que se viese todos los días.

No serían aplausos lo que Meme escucharía, sino los pasos del muchacho, que se había acercado despreocupadamente al lago hasta reparar en su presencia. Si alzase su cabeza hacia ellos, se encontraría la silueta de Juro, cubierto por la capa, observándola, desde una distancia prudencial en tierra.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

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Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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Mensajes en este tema
RE: Segundo acto: aparece un escarabajo - por Eikyuu Juro - 26/07/2021, 23:17


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