28/07/2021, 12:41
— Mmmm... Es más una pequeña tienda de arreglos mas que otra cosa; botones descosidos, bordados, cortinas y similares... No es nada del otro mundo, es bastante pequeña y humilde — dijo llevándose la mano al mentón, intentando recordar algo espectacular de la tienda que contarle para impresionarla, pero era eso, un pequeño local sin mucho más. — A veces da algunas clases de costura, pero cosas bastante simples. Esta bolsita me la hice con restos de cuero que nos quedaban, me costó bastante. Es más un pequeño hobby para mí, no le presto tampoco demasiada atención
Señalo una pequeña bolsa de tela marrón que colgaba de la cinta amarillenta de su cintura, tenia un botón a modo de pasador para mantenerla cerrada.
— Mi padre... — Se cruzó de brazos, ladeando la cabeza a los lados intentando darle vueltas a sus pensamientos. — A ver... Mi madre me contó que estuvo saliendo con otra mujer, y bueno... Esta era... Un Oni, y mas tarde que pronto vine a este mundo. Para cuando tuve uso de razón, ya no estaba así que sobre ella no puedo contarte mucho más — se encogió de hombros, esbozando una media sonrisa. — Vivíamos en la zona mas al norte del País del Rayo, y acabamos marchándonos, es bastante díficil cultivar algo por esas zonas... Y entre una cosa y otra, acabé aquí. Quien sabe, a lo mejor esta misión y conocerte a tí también fue parte de ese destino
Esta vez lo hizo apropósito, mandándole una mirada de reojo y una sonrisa picara esperando volver a sacarla de la calma en la que había entrado para que se pusiera nerviosa, le resultaba algo gracioso, sobre todo porque hacía un curioso contraste con ella. Ranko tenía un cuerpo fuerte, y lo que esperas a primera vista de ese tipo de gente, es una gran confianza y seguridad en ellos mismos, pero la chica de la larga trenza, era justo todo lo contrario.
Señalo una pequeña bolsa de tela marrón que colgaba de la cinta amarillenta de su cintura, tenia un botón a modo de pasador para mantenerla cerrada.
— Mi padre... — Se cruzó de brazos, ladeando la cabeza a los lados intentando darle vueltas a sus pensamientos. — A ver... Mi madre me contó que estuvo saliendo con otra mujer, y bueno... Esta era... Un Oni, y mas tarde que pronto vine a este mundo. Para cuando tuve uso de razón, ya no estaba así que sobre ella no puedo contarte mucho más — se encogió de hombros, esbozando una media sonrisa. — Vivíamos en la zona mas al norte del País del Rayo, y acabamos marchándonos, es bastante díficil cultivar algo por esas zonas... Y entre una cosa y otra, acabé aquí. Quien sabe, a lo mejor esta misión y conocerte a tí también fue parte de ese destino
Esta vez lo hizo apropósito, mandándole una mirada de reojo y una sonrisa picara esperando volver a sacarla de la calma en la que había entrado para que se pusiera nerviosa, le resultaba algo gracioso, sobre todo porque hacía un curioso contraste con ella. Ranko tenía un cuerpo fuerte, y lo que esperas a primera vista de ese tipo de gente, es una gran confianza y seguridad en ellos mismos, pero la chica de la larga trenza, era justo todo lo contrario.