22/01/2016, 00:02
Se quedó tumbado boca arriba durante unos segundos, mirando al cielo sin acabar de entenderlo. Hasta que la sangre le bajo hasta la garganta, se levantó rapidamente, poniendose de rodillas a toser sangre. Amargamente, pudo comprobar que habian un par de dientes entre los esputos de sangre. Levantó la mirada mientras su mente se seguia llenando de turbios pensamientos, aún con el sharingan activo.
Vio a la peliazul caer de rodillas y posteriormente desmayarse sobre la arena que se encontraba aún cubierta por una fina capa de nieve. El cielo habia empezado a nublarse, probablemente, empezaria a nevar en breves. El Uchiha se levantó, y lentamente se acercó hacia donde la kunoichi habia perdido la consciencia. Se paró ante el cuerpo, y sus rojizos ojos lo examinaron como si estuvieran ante algo nuevo y curioso. Mientras, su cabeza parecia derivar en las peores de las direcciones.
¿En qué momento Eri se ha vuelto tan fuerte? He estado tan pendiente de protegerla... ¿para qué? Con golpes así podria matar a cualquiera. Ahora ¿que sentido tengo yo en su vida? ¿Cual es mi proposito? Si ella es más fuerte que yo... Espera, ¿lo es? ¿De verdad Eri es mejor en combate que yo? ¿Un Uchiha?
Una sonrisa extraña se dibujó en sus labios, no sentia la mitad de la cara, así que cualquier sonrisa que intentara poner saldria deforme. Sin embargo, esa mueca no era perturbadora solo por su forma sino por las intenciones que guardaba tras ella. Queria medir su fuerza con la de Mizumi Eri, su amiga, su único vinculo con su yo del pasado, su yo antes de ser Uchiha y probablemente, su única versión capaz de sentir felicidad.
Ya te ha superado, no le des más vueltas, muchacho.
Una voz sonó por detras suyo, rapidamente se dio la vuelta. Encarando una figura tapada con una capa negra adornada con simbolos dorados de una circunferencia con tres tomoes en su interior que se alzaba de pie sobre las olas del mar. Esa simbologia era del dios del trueno, pero tambien eran las mismas comillas que portaban los Uchihas en su Dojutsu. El joven no tardó en intentar articular palabra, craso error, solo con el intento de abrir la boca un dolor punzante atravesó su mandibula y penetró en su cerebro. El desconocido soltó una carcajada ante el quejido de dolor de Nabi.
Dios santo muchacho, eres lamentable. Vencido por la doncella que supuestamente debias proteger. Eres tan patetico que ni mereces mi burla. Yo aqui tejiendo un hermoso plan para ver tu maximo potencial, y mira lo que me encuentro, un petimetre que va por ahí con el simbolo de un clan al que no hace honor.
Iba gestualizando conforme hablaba, moviendo las manos como burlandose aún más de él. Al finalizar su discurso se llevo la mano a la cara mientras negaba con la cabeza. Ahí es cuando Nabi vio el momento que habia estado esperando. Le iba a doler y lo sabia, pero no podia dejar que aquel imbecil se saliera de rositas de esta. Hizo los sellos con la siniestra mientras con la diestra buscaba en su portaobjetos sus shurikens. Tuvo que abrir la boca para lanzar una enorme cantidad de chakra convertido en fuego. El plan inicial era lanzar la ofensiva de Katon y despues estar preparado con los shurikens por si intentaba esquivarla. Pero se habia sobreestimado, el dolor se hizo demasiado intenso y tras lanzar el jutsu cayó de rodillas en la arena, sudando y a punto de vomitar de puro dolor.
¿Sabes? Tenemos mucho en común. Esos cientos de niños, la mayoria con tu misma sangre, murieron, todos. Habian cuatro instalaciones más que la tuya y aún así, tu fuiste el único superviviente. Cuando atraparon a aquel maldito loco adinerado pensé que estaba acabado, pero entonces uno de tus parientes lejanos apareció ante mi y me dijo que me iba a recompensar por mi aportación al proyecto. Tanto si queria como si no, tenia que aceptar su oferta. La alternativa era darle explicaciones a Shiona y eso sí que daba verdadero pavor.
Nabi ya no podia hacer nada más que concentrarse en seguir vivo y consciente, lo cual ya era un reto para él. No queria escuchar las palabras de ese sujeto, cuya voz habia reconocido desde el primer momento, no queria tener que estar de rodillas con las manos apoyadas en el suelo porque no podia mantenerse de pie y no queria que Eri, que estaba tras él desmayada, tuviera que pasar por volver a ver a ese hijo de puta. Tenia que recomponerse ya, por muy inalcanzable que pareciera dicha meta.
Entonces me convertí en lo que tú fuiste en tu pasado, en poco más que un conejillo de indias. Yo, que lo único que habia deseado en mi vida era dar de comer a tantos pobres huerfanos como me fuera posible, ¡yo tuve que pasar por eso! ¿¡TE PUEDES IMAGINAR COMO ME SENTI!? Tú pasaste por eso, ya lo sé, ¡pero tú no habias hecho nada! Ni bueno ni malo, eras tan innecesario para el mundo como el mundo para ti. ¡Yo no! Yo habia hecho cosas buenas, habia consagrado mi vida a los niños. De nuevo, murieron personas. Esta vez fueron decenas. Reunir a los niños solo era el primer paso, llevado a cabo por un mero titere de la verdadera mente tras este genocidio. Alguien con demasiado poder.
Tu mente infantil se estara imaginando un kage o tal vez un señor feudal, pero el poder no reside siempre en el estatus politico, sino en la capacidad de usarlos sin ser visto. Alguien igual de poderoso que un kage, igual de influyente que un señor feudal, pero que no se le puede relacionar con absolutamente nada de lo que hace. La sombra perfecta, una gota en el vasto oceano. Te voy a decir su nombre, espero que tu memoria sea tan buena como tu suerte, maldito crio. A mi me daran caza o los ANBUs de esta asquerosa villa o los secuaces de la oscuridad, tú eres el único que podra vengarnos, a todos.
Su nombre es...
El muchacho seguia luchando contra las limitaciones de su propio cuerpo, que parecia rechazar su conciencia. El silencio inundo la orilla, solo el suave sonido del agua entrando y saliendo de la playa rompia dicho silencio. Habia escuchado todo el discurso entre la fina linea que le separaba de caerse rendido en el pequeño charco de vomito y sangre que tenia debajo. De rodillas con las manos apoyadas en el suelo apenas veia la arena bajo su cabeza. Apenas veia nada. Escuchaba e intentaba asimilar, no estaba en condiciones de intentar hacer nada. El daño recibido por el pedazo de Okasho de 60000 PV de Eri habia sido demasiado inesperado y le habia dejado en numeros rojos hasta el proximo año.
Se habia ido acostumbrando a la voz de aquel hombre, las cenizas de su pasado, hasta que este se acercó a su oido para pronunciar dos últimas palabras antes de desaparecer y dejarlo solo ante el silencio, con una chica peliazul inconsciente, tanto literal como metaforicamente. Hōzuki Namiron. Ese nombre fue lo último que escuchó. Despues el tiempo pareció congelarse, dando fin al monologo del fugitivo y Nabi se perdió en su eterna lucha entre la perdida de sangre y que seguramente Eri le hubiera jodido el sentido del equilibrio, el de la temperatura corporal, incluso el cerebro parecia estar fuera de lugar.
Hozuki, Namiron...
El tiempo seguia pasando y no tenia expectativas a corto alcance de poder recomponerse. De hecho, ¿cuanto hacia que habia desaparecido el hombre? ¿Cuanto llevaba de rodillas en la orilla? El tiempo empezaba a perder significado en la cabeza del Uchiha, cuya única esperanza de recuperarse reposaba sobre la inconsciente, tanto literal como metaforicamente, muchacha que se encontraba a su lado.
Hozuki, Namiron...
Vio a la peliazul caer de rodillas y posteriormente desmayarse sobre la arena que se encontraba aún cubierta por una fina capa de nieve. El cielo habia empezado a nublarse, probablemente, empezaria a nevar en breves. El Uchiha se levantó, y lentamente se acercó hacia donde la kunoichi habia perdido la consciencia. Se paró ante el cuerpo, y sus rojizos ojos lo examinaron como si estuvieran ante algo nuevo y curioso. Mientras, su cabeza parecia derivar en las peores de las direcciones.
¿En qué momento Eri se ha vuelto tan fuerte? He estado tan pendiente de protegerla... ¿para qué? Con golpes así podria matar a cualquiera. Ahora ¿que sentido tengo yo en su vida? ¿Cual es mi proposito? Si ella es más fuerte que yo... Espera, ¿lo es? ¿De verdad Eri es mejor en combate que yo? ¿Un Uchiha?
Una sonrisa extraña se dibujó en sus labios, no sentia la mitad de la cara, así que cualquier sonrisa que intentara poner saldria deforme. Sin embargo, esa mueca no era perturbadora solo por su forma sino por las intenciones que guardaba tras ella. Queria medir su fuerza con la de Mizumi Eri, su amiga, su único vinculo con su yo del pasado, su yo antes de ser Uchiha y probablemente, su única versión capaz de sentir felicidad.
Ya te ha superado, no le des más vueltas, muchacho.
Una voz sonó por detras suyo, rapidamente se dio la vuelta. Encarando una figura tapada con una capa negra adornada con simbolos dorados de una circunferencia con tres tomoes en su interior que se alzaba de pie sobre las olas del mar. Esa simbologia era del dios del trueno, pero tambien eran las mismas comillas que portaban los Uchihas en su Dojutsu. El joven no tardó en intentar articular palabra, craso error, solo con el intento de abrir la boca un dolor punzante atravesó su mandibula y penetró en su cerebro. El desconocido soltó una carcajada ante el quejido de dolor de Nabi.
Dios santo muchacho, eres lamentable. Vencido por la doncella que supuestamente debias proteger. Eres tan patetico que ni mereces mi burla. Yo aqui tejiendo un hermoso plan para ver tu maximo potencial, y mira lo que me encuentro, un petimetre que va por ahí con el simbolo de un clan al que no hace honor.
Iba gestualizando conforme hablaba, moviendo las manos como burlandose aún más de él. Al finalizar su discurso se llevo la mano a la cara mientras negaba con la cabeza. Ahí es cuando Nabi vio el momento que habia estado esperando. Le iba a doler y lo sabia, pero no podia dejar que aquel imbecil se saliera de rositas de esta. Hizo los sellos con la siniestra mientras con la diestra buscaba en su portaobjetos sus shurikens. Tuvo que abrir la boca para lanzar una enorme cantidad de chakra convertido en fuego. El plan inicial era lanzar la ofensiva de Katon y despues estar preparado con los shurikens por si intentaba esquivarla. Pero se habia sobreestimado, el dolor se hizo demasiado intenso y tras lanzar el jutsu cayó de rodillas en la arena, sudando y a punto de vomitar de puro dolor.
¿Sabes? Tenemos mucho en común. Esos cientos de niños, la mayoria con tu misma sangre, murieron, todos. Habian cuatro instalaciones más que la tuya y aún así, tu fuiste el único superviviente. Cuando atraparon a aquel maldito loco adinerado pensé que estaba acabado, pero entonces uno de tus parientes lejanos apareció ante mi y me dijo que me iba a recompensar por mi aportación al proyecto. Tanto si queria como si no, tenia que aceptar su oferta. La alternativa era darle explicaciones a Shiona y eso sí que daba verdadero pavor.
Nabi ya no podia hacer nada más que concentrarse en seguir vivo y consciente, lo cual ya era un reto para él. No queria escuchar las palabras de ese sujeto, cuya voz habia reconocido desde el primer momento, no queria tener que estar de rodillas con las manos apoyadas en el suelo porque no podia mantenerse de pie y no queria que Eri, que estaba tras él desmayada, tuviera que pasar por volver a ver a ese hijo de puta. Tenia que recomponerse ya, por muy inalcanzable que pareciera dicha meta.
Entonces me convertí en lo que tú fuiste en tu pasado, en poco más que un conejillo de indias. Yo, que lo único que habia deseado en mi vida era dar de comer a tantos pobres huerfanos como me fuera posible, ¡yo tuve que pasar por eso! ¿¡TE PUEDES IMAGINAR COMO ME SENTI!? Tú pasaste por eso, ya lo sé, ¡pero tú no habias hecho nada! Ni bueno ni malo, eras tan innecesario para el mundo como el mundo para ti. ¡Yo no! Yo habia hecho cosas buenas, habia consagrado mi vida a los niños. De nuevo, murieron personas. Esta vez fueron decenas. Reunir a los niños solo era el primer paso, llevado a cabo por un mero titere de la verdadera mente tras este genocidio. Alguien con demasiado poder.
Tu mente infantil se estara imaginando un kage o tal vez un señor feudal, pero el poder no reside siempre en el estatus politico, sino en la capacidad de usarlos sin ser visto. Alguien igual de poderoso que un kage, igual de influyente que un señor feudal, pero que no se le puede relacionar con absolutamente nada de lo que hace. La sombra perfecta, una gota en el vasto oceano. Te voy a decir su nombre, espero que tu memoria sea tan buena como tu suerte, maldito crio. A mi me daran caza o los ANBUs de esta asquerosa villa o los secuaces de la oscuridad, tú eres el único que podra vengarnos, a todos.
Su nombre es...
El muchacho seguia luchando contra las limitaciones de su propio cuerpo, que parecia rechazar su conciencia. El silencio inundo la orilla, solo el suave sonido del agua entrando y saliendo de la playa rompia dicho silencio. Habia escuchado todo el discurso entre la fina linea que le separaba de caerse rendido en el pequeño charco de vomito y sangre que tenia debajo. De rodillas con las manos apoyadas en el suelo apenas veia la arena bajo su cabeza. Apenas veia nada. Escuchaba e intentaba asimilar, no estaba en condiciones de intentar hacer nada. El daño recibido por el pedazo de Okasho de 60000 PV de Eri habia sido demasiado inesperado y le habia dejado en numeros rojos hasta el proximo año.
Se habia ido acostumbrando a la voz de aquel hombre, las cenizas de su pasado, hasta que este se acercó a su oido para pronunciar dos últimas palabras antes de desaparecer y dejarlo solo ante el silencio, con una chica peliazul inconsciente, tanto literal como metaforicamente. Hōzuki Namiron. Ese nombre fue lo último que escuchó. Despues el tiempo pareció congelarse, dando fin al monologo del fugitivo y Nabi se perdió en su eterna lucha entre la perdida de sangre y que seguramente Eri le hubiera jodido el sentido del equilibrio, el de la temperatura corporal, incluso el cerebro parecia estar fuera de lugar.
Hozuki, Namiron...
El tiempo seguia pasando y no tenia expectativas a corto alcance de poder recomponerse. De hecho, ¿cuanto hacia que habia desaparecido el hombre? ¿Cuanto llevaba de rodillas en la orilla? El tiempo empezaba a perder significado en la cabeza del Uchiha, cuya única esperanza de recuperarse reposaba sobre la inconsciente, tanto literal como metaforicamente, muchacha que se encontraba a su lado.
Hozuki, Namiron...
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)