4/08/2021, 12:42
Cuando sintió el suelo con la punta de los pies intentó reincorporarse, dando algún que otro paso hacia atrás. No quería volver a estar cerca de ese tipo en esa situación nuevamente. La mezcla entre enojo y miedo eclipsó en un fuerte sentimiento de impotencia. No podía defenderse, no podía seguir respondiéndole y tenía que empezar a actuar con cierta precaución.
—E-eso intentaré. — soltó despacio y, en un intento por mostrarse un poco más respetuosa, hizo una muy leve reverencia. —Daré alguna que otra vuelta por aquí y me voy a casa. No buscaré problemas, pero debo despejarme un poco antes de volver.
Probablemente, desde ese momento, tomaría más en cuenta con que persona trataba antes de ponerse a hacer bromas. Nunca había llegado a este punto, a solo unas pocas palabras de terminar en el calabozo ¿Acaso era ilegal hacer chistes? En cierto momentos, puede ser. Para colmo, no era su mejor material humorístico. Quizá debería mejorar eso para la próxima también.
Cabeceó al aire, también moviendo parte de su torso superior con fuerza, haciendo que la capucha del abrigo tape su cabeza. Metió ambas manos en los bolsillos de su sudadera, sus puños tensos y apretados con fuerza. Se dio media vuelta y comenzó a salir del callejón donde se encontraban, dirigiéndose hacia una de las transitadas calles del distrito.
Con la cabeza mirando al suelo, tomó una gran bocanada de aire con la boca y lo soltó de manera lenta. La calma llegaba, aunque no de la manera más rápida.«Debo admitir que el ciego da miedo.» Daba igual si le había visto las pupilas, dentro suyo, ese apodo ya le había quedado. Solo debía jurar que no se le escapara cuando se lo vuelva a cruzar, si es que no quería terminar en el calabozo.
—E-eso intentaré. — soltó despacio y, en un intento por mostrarse un poco más respetuosa, hizo una muy leve reverencia. —Daré alguna que otra vuelta por aquí y me voy a casa. No buscaré problemas, pero debo despejarme un poco antes de volver.
Probablemente, desde ese momento, tomaría más en cuenta con que persona trataba antes de ponerse a hacer bromas. Nunca había llegado a este punto, a solo unas pocas palabras de terminar en el calabozo ¿Acaso era ilegal hacer chistes? En cierto momentos, puede ser. Para colmo, no era su mejor material humorístico. Quizá debería mejorar eso para la próxima también.
Cabeceó al aire, también moviendo parte de su torso superior con fuerza, haciendo que la capucha del abrigo tape su cabeza. Metió ambas manos en los bolsillos de su sudadera, sus puños tensos y apretados con fuerza. Se dio media vuelta y comenzó a salir del callejón donde se encontraban, dirigiéndose hacia una de las transitadas calles del distrito.
Con la cabeza mirando al suelo, tomó una gran bocanada de aire con la boca y lo soltó de manera lenta. La calma llegaba, aunque no de la manera más rápida.«Debo admitir que el ciego da miedo.» Daba igual si le había visto las pupilas, dentro suyo, ese apodo ya le había quedado. Solo debía jurar que no se le escapara cuando se lo vuelva a cruzar, si es que no quería terminar en el calabozo.