4/08/2021, 14:40
Lyndis las acompaño, sentándose a la vez que Sagiso enfrente de ella. La cena tenía pinta de ser algo incómoda, sobre todo si preguntaba algo personal o por fín se percataba de que no eran las personas que ella creía. Aunque parecía algo despistada, y si no le daba palique, podría llegar a ser peor.
Dio un sorbo del cuenco caliente, después de soplar un poco sobre la superficie y el sabor fue bastante agradable, más de lo que Lyndis esperaba. Tal vez le pidiera la receta ¿aunque eso no sería robar? Seguían sin ser quienes fingían ser, si es que se le podía llamar así. En cualquier caso.
— Oh si, desde luego que si. Este plato esta delicioso — dijo tras dar aquel sorbo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía una pequeña oportunidad, y sonrió pícaramente, mientras cerraba los ojos alzando la barbilla. — ¿Pero sabes quien la hace igual de buenas? Tu hija, sin duda aprendió de la mejor — juntó las manos enfrente suya, entrelazando los dedos como si se tratara de un rezo y utilizó un tono de voz algo melancólico. — Con el frió que hay en el norte, y las lluvias incesantes cerca de Amegakure, solo pienso en lo bien que sienta este caldo cuando vuelvo empapado a casa
Abriría entonces un solo ojo, mostrando una pícara sonrisa a Ranko, para observar detenidamente su reacción.
Dio un sorbo del cuenco caliente, después de soplar un poco sobre la superficie y el sabor fue bastante agradable, más de lo que Lyndis esperaba. Tal vez le pidiera la receta ¿aunque eso no sería robar? Seguían sin ser quienes fingían ser, si es que se le podía llamar así. En cualquier caso.
— Oh si, desde luego que si. Este plato esta delicioso — dijo tras dar aquel sorbo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía una pequeña oportunidad, y sonrió pícaramente, mientras cerraba los ojos alzando la barbilla. — ¿Pero sabes quien la hace igual de buenas? Tu hija, sin duda aprendió de la mejor — juntó las manos enfrente suya, entrelazando los dedos como si se tratara de un rezo y utilizó un tono de voz algo melancólico. — Con el frió que hay en el norte, y las lluvias incesantes cerca de Amegakure, solo pienso en lo bien que sienta este caldo cuando vuelvo empapado a casa
Abriría entonces un solo ojo, mostrando una pícara sonrisa a Ranko, para observar detenidamente su reacción.