22/01/2016, 13:47
Parpadeó varias veces, con delicadeza, sintiendo como los párpados todavía hacían fuerza para resguardar a sus ojos de la luz. Posó una mano sobre la arena, en la que se apoyó para incorporarse. Tenía frío, tanto frío que incluso su herida causada por Nabi no le dolía tanto como antes. Entrecerró los ojos para así mantenerlos abiertos pese a que sus párpados le pedían lo contrario y observó dónde se encontraba. Estaba en la playa, sí, donde había pasado todo antes de desmayarse.
''Nabi...'' Se llevó la mano derecha sobre el brazo que tenía herido y sopesó la idea de curárselo, pero entonces sus ojos divisaron una cabellera rubia en la orilla, junto a su dueño que permanecía de rodillas sobre ella. ¿Qué hacía allí? Se levantó pero volvió a caer por el temblor que tenían sus piernas. No las sentía. Suspiró y sacó su kit médico, curándose como medianamente pudo para entrar en calor y así hacer que sus delicadas y cortas piernas no temblasen. Lo dejó de nuevo colgado de su cinturón y decidida, lo intentó de nuevo: posó un pie en la arena, luego otro, y se levantó. Un segundo, dos, sus piernas no temblaban. Bien, ahora proseguiría su camino.
Sus pasos se quedaban grabados en la mezcla que creaba la blanca arena con la nieve, lo habría disfrutado si no fuese ese día y si no estuviese en esas condiciones, le encantaba la nieve y pocos días podía jugar en ella como si fuese una cría sin pensar en las consecuencias que conllevaba eso, como pillar un resfriado, por ejemplo.
Fuera de sus divagaciones, se acuclilló detrás de Nabi y le abrazó con delicadeza, por si acaso le dolía el cuerpo. Sí, vale, le había pegado con su Ōkashō más temido, seguramente se encontraba como un flan, pero... El Uchiha era más que eso, seguramente saldría de ello, además ella no era tan fuerte...
-Nabi... - susurró, depositando un suave beso en la espalda del chico -.Vayamos al hospital - ella misma sabía que no se encontraba en condiciones de tratar con su propio ataque debido al gran esfuerzo, furia y frustración que había puesto en él - además de la cantidad desorbitada de chakra que había empleado -, así que lo mejor sería llevarle al hospital y explicar lo sucedido allí. No esperó a recibir una contestación del portador del Sharingan, se había levantado y haciendo gala de su fuerza con la que tanto ahínco había trabajado, le depositó en su espalda con delicadeza para que el moflete herido no quedase apoyado sobre ella misma.
Comenzó a caminar lentamente y con dificultad. Sabía que cargar con Nabi no sería tarea fácil, pero se lo merecía. Ambos se merecían un momento de paz y tranquilidad. La kunoichi desconocía todo lo pasado con el muchacho que llevaba en su espalda, sin embargo ella se había pasado y sabía que con un simple lo siento no bastaría. Lo mejor sería dejarle en el hospital, que lo curasen, y ella... ¿Qué haría ella? Tomó aire y lo dejó escapar con lentitud. Sí, lo mejor sería dejarle su espacio por un tiempo.
-Ya verás como te encuentras mejor - no supo si el aliento se lo daba al chico o a sí misma, pero eso le ayudó a continuar su viaje al hospital sin pararse ni un minuto a descansar.
''Lo siento tanto... Tú, tú no te merecías nada de esto...'' Se culpaba interiormente, ¿qué había hecho? Se había manchado sus manos con la sangre del Uchiha, de su mejor amigo, su caballero protector, del muchacho del que llevaba enamorada toda su vida... ¿Cómo le miraría a los ojos ahora? Reprimió una lágrima que quería escapar de sus ojos esmeralda.
Solo esperaba que la perdonase después de todo, era lo único que pedía.
''Nabi...'' Se llevó la mano derecha sobre el brazo que tenía herido y sopesó la idea de curárselo, pero entonces sus ojos divisaron una cabellera rubia en la orilla, junto a su dueño que permanecía de rodillas sobre ella. ¿Qué hacía allí? Se levantó pero volvió a caer por el temblor que tenían sus piernas. No las sentía. Suspiró y sacó su kit médico, curándose como medianamente pudo para entrar en calor y así hacer que sus delicadas y cortas piernas no temblasen. Lo dejó de nuevo colgado de su cinturón y decidida, lo intentó de nuevo: posó un pie en la arena, luego otro, y se levantó. Un segundo, dos, sus piernas no temblaban. Bien, ahora proseguiría su camino.
Sus pasos se quedaban grabados en la mezcla que creaba la blanca arena con la nieve, lo habría disfrutado si no fuese ese día y si no estuviese en esas condiciones, le encantaba la nieve y pocos días podía jugar en ella como si fuese una cría sin pensar en las consecuencias que conllevaba eso, como pillar un resfriado, por ejemplo.
Fuera de sus divagaciones, se acuclilló detrás de Nabi y le abrazó con delicadeza, por si acaso le dolía el cuerpo. Sí, vale, le había pegado con su Ōkashō más temido, seguramente se encontraba como un flan, pero... El Uchiha era más que eso, seguramente saldría de ello, además ella no era tan fuerte...
-Nabi... - susurró, depositando un suave beso en la espalda del chico -.Vayamos al hospital - ella misma sabía que no se encontraba en condiciones de tratar con su propio ataque debido al gran esfuerzo, furia y frustración que había puesto en él - además de la cantidad desorbitada de chakra que había empleado -, así que lo mejor sería llevarle al hospital y explicar lo sucedido allí. No esperó a recibir una contestación del portador del Sharingan, se había levantado y haciendo gala de su fuerza con la que tanto ahínco había trabajado, le depositó en su espalda con delicadeza para que el moflete herido no quedase apoyado sobre ella misma.
Comenzó a caminar lentamente y con dificultad. Sabía que cargar con Nabi no sería tarea fácil, pero se lo merecía. Ambos se merecían un momento de paz y tranquilidad. La kunoichi desconocía todo lo pasado con el muchacho que llevaba en su espalda, sin embargo ella se había pasado y sabía que con un simple lo siento no bastaría. Lo mejor sería dejarle en el hospital, que lo curasen, y ella... ¿Qué haría ella? Tomó aire y lo dejó escapar con lentitud. Sí, lo mejor sería dejarle su espacio por un tiempo.
-Ya verás como te encuentras mejor - no supo si el aliento se lo daba al chico o a sí misma, pero eso le ayudó a continuar su viaje al hospital sin pararse ni un minuto a descansar.
''Lo siento tanto... Tú, tú no te merecías nada de esto...'' Se culpaba interiormente, ¿qué había hecho? Se había manchado sus manos con la sangre del Uchiha, de su mejor amigo, su caballero protector, del muchacho del que llevaba enamorada toda su vida... ¿Cómo le miraría a los ojos ahora? Reprimió una lágrima que quería escapar de sus ojos esmeralda.
Solo esperaba que la perdonase después de todo, era lo único que pedía.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)