9/08/2021, 17:05
Juro ensanchó un poco más su sonrisa, aunque Meme no podría verlo. Lo cierto es que el marionetista sí que había estado siendo más específico de la cuenta, pero había una razón. Quería ver hasta qué punto la chica podía defender su teoría de la muñeca. Cómo un ser humano podía convencerle de que no lo era, a la vez que justificaba las necesidades más básicas que, obviamente, debía de sentir, por mucho que lo negara. Después de esas dos preguntas, tenía una teoría más o menos formada.
O la chica era muy buena mentirosa o realmente se estaba engañando a sí misma. Eso es lo que podía determinar de todo aquello, porque no sentía ni pizca de malicia o engaño en sus palabras. Era como si de verdad se las creyera.
« Esto es tan extraño. ¿Por qué una chica querría ser una muñeca? ¿Su "creadora" le lavó el cerebro? ¿O es que hay algún trauma detrás?» — Juro no era ningún experto en el psique de los demás, así que no quiso indagar. Pero se preguntaba constantemente si de verdad aquella esperpéntica muchacha era parte de su Aldea natal, y si eso era así, qué clase de rol jugaba un shinobi que se creía una muñeca en las filas de Kusagakure. Debía de tener las competencias mínimas de cualquier otro ninja, o no estaría ahí, eso desde luego.
— Me alegra de escuchar eso — se limitó a decir Juro —. Supongo que tienes razón. Nuestra cuerda, de todas formas, tampoco es eterna. Ambos deberíamos aprovechar el tiempo y vivir lo mejor de nosotros mismos antes.
Una respuesta un poco más insulsa, quizá, pero no tenía palabras para contestar a aquello.
—Me ha estado preguntando mucho por mí, Yamada-san. Me alegra que quiera saber todo de mí, como dije, es natural. ¿Le parece si intercambiamos un poco? Es natural también querer saber sobre las personas normales. ¿Le gustan las muñecas?
Nada fuera de lo normal, realmente. La chica simplemente se había cansado de ser el centro de atención, por muchos cumplidos que Juro le hiciera. Tenía sentido. De cualquier forma, no le iba a pillar mintiendo: Juro tenía más que pensado su personaje. Lo único que había tenido miedo de quitarse, aún, era la capucha que revelara su rostro. Pero comprendió que iba a llamar más la atención si se aferraba a ella.
Miró a Meme. Esa chica no le conocía de nada. La única imagen que tendría de Eikyuu Juro sería la de los carteles. Por eso no se había molestado en fingir que tenía una voz distinta. Incluso si era de Kusagakure, ella sola no suponía una amenaza para él. Y aunque apareciera más gente, Juro estaba más que camuflado con su cara falsa.
« Este es el mejor momento para ponerla en práctica » — Y con ese pensamiento, ignorando el miedo infundado que tenía por dentro, se quitó la capucha, revelando su rostro a la chica.
— Siento si te he asustado. Ni si quiera me había dado cuenta de que seguía con esto puesto. La costumbre, supongo — dijo, con una sonrisa. Lo único que podría encontrar curioso la chica de su rostro era que estaba salpicado por las pecas (falsas), y los dos ojos azules que tenía en él. Quizá la coleta de pelo negro le llamara la atención, o el hecho de que estuviera aún en su adolescencia, un puente entre el rostro de un niño y el de un adulto. Por lo demás, era un rostro aburridamente común, pero mucho más afilado y rectangular que el del Juro original —. Puedes preguntarme lo que quieras, Kūran-san, aunque dudo que la vida de un viajero común como yo sea tan emocionante.
» Si te soy sincero, siento cierta curiosidad — Eso no lo podía negar a estas alturas —, porque me he pasado la vida rodeado de muñecas, títeres y juguetes. Mi madre era titiritera. Yo no he heredado el oficio, pero siempre me ha parecido muy bello, ¿sabes? Ella hacía funciones para los niños más pequeños con sus títeres favoritos y siempre les hacía muy felices. A veces, la ayudaba a construir alguno de ellos — Juro no pudo disimular una sonrisa. Aunque la historia no fuera cierta, si que compartía recuerdos con su hermana Katsue donde él la iba a visitar al taller a ver cómo construía sus marionetas —. Imaginaras mi estupor al encontrarte, claro. ¡Una muñeca viviente!
O la chica era muy buena mentirosa o realmente se estaba engañando a sí misma. Eso es lo que podía determinar de todo aquello, porque no sentía ni pizca de malicia o engaño en sus palabras. Era como si de verdad se las creyera.
« Esto es tan extraño. ¿Por qué una chica querría ser una muñeca? ¿Su "creadora" le lavó el cerebro? ¿O es que hay algún trauma detrás?» — Juro no era ningún experto en el psique de los demás, así que no quiso indagar. Pero se preguntaba constantemente si de verdad aquella esperpéntica muchacha era parte de su Aldea natal, y si eso era así, qué clase de rol jugaba un shinobi que se creía una muñeca en las filas de Kusagakure. Debía de tener las competencias mínimas de cualquier otro ninja, o no estaría ahí, eso desde luego.
— Me alegra de escuchar eso — se limitó a decir Juro —. Supongo que tienes razón. Nuestra cuerda, de todas formas, tampoco es eterna. Ambos deberíamos aprovechar el tiempo y vivir lo mejor de nosotros mismos antes.
Una respuesta un poco más insulsa, quizá, pero no tenía palabras para contestar a aquello.
—Me ha estado preguntando mucho por mí, Yamada-san. Me alegra que quiera saber todo de mí, como dije, es natural. ¿Le parece si intercambiamos un poco? Es natural también querer saber sobre las personas normales. ¿Le gustan las muñecas?
Nada fuera de lo normal, realmente. La chica simplemente se había cansado de ser el centro de atención, por muchos cumplidos que Juro le hiciera. Tenía sentido. De cualquier forma, no le iba a pillar mintiendo: Juro tenía más que pensado su personaje. Lo único que había tenido miedo de quitarse, aún, era la capucha que revelara su rostro. Pero comprendió que iba a llamar más la atención si se aferraba a ella.
Miró a Meme. Esa chica no le conocía de nada. La única imagen que tendría de Eikyuu Juro sería la de los carteles. Por eso no se había molestado en fingir que tenía una voz distinta. Incluso si era de Kusagakure, ella sola no suponía una amenaza para él. Y aunque apareciera más gente, Juro estaba más que camuflado con su cara falsa.
« Este es el mejor momento para ponerla en práctica » — Y con ese pensamiento, ignorando el miedo infundado que tenía por dentro, se quitó la capucha, revelando su rostro a la chica.
— Siento si te he asustado. Ni si quiera me había dado cuenta de que seguía con esto puesto. La costumbre, supongo — dijo, con una sonrisa. Lo único que podría encontrar curioso la chica de su rostro era que estaba salpicado por las pecas (falsas), y los dos ojos azules que tenía en él. Quizá la coleta de pelo negro le llamara la atención, o el hecho de que estuviera aún en su adolescencia, un puente entre el rostro de un niño y el de un adulto. Por lo demás, era un rostro aburridamente común, pero mucho más afilado y rectangular que el del Juro original —. Puedes preguntarme lo que quieras, Kūran-san, aunque dudo que la vida de un viajero común como yo sea tan emocionante.
» Si te soy sincero, siento cierta curiosidad — Eso no lo podía negar a estas alturas —, porque me he pasado la vida rodeado de muñecas, títeres y juguetes. Mi madre era titiritera. Yo no he heredado el oficio, pero siempre me ha parecido muy bello, ¿sabes? Ella hacía funciones para los niños más pequeños con sus títeres favoritos y siempre les hacía muy felices. A veces, la ayudaba a construir alguno de ellos — Juro no pudo disimular una sonrisa. Aunque la historia no fuera cierta, si que compartía recuerdos con su hermana Katsue donde él la iba a visitar al taller a ver cómo construía sus marionetas —. Imaginaras mi estupor al encontrarte, claro. ¡Una muñeca viviente!
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60