10/08/2021, 01:27
Lyndis cayó al suelo, pero Ranko no hizo nada para detenerla. La noche ya había hecho presente, y una brisa enfrió sus cuerpos con rapidez. Y Lyndis... Se disculpó. La mirada de la de la trenza perdió seriedad y se tornó comprensiva. Ranko debatió consigo misma fieramente.
"¡No! ¡Ranko! ¡Lo hizo para molestarte! ¡No puede quedarse así! Pero está asueñada e intoxicada... No podría pelear contra alguien así... ¡Con más razón! ¡Para que sude el alcohol! Pero está cansada... ¡Te engaña! ¡Ya viste que miente con facilidad! Ay, pero quiere... Quiere mimir... ¿Qué tal que se desvela y mañana no tiene energía para continuar? ¡Pues problema suyo! Somos un equipo... Somos..."
Sintió compasión, y su corazón se arrugó levemente. Sin embargo, un pensamiento le surcó la mente.
Algo le dijo que si cedía en ese momento, si dejaba a Lyndis ganar ese pequeño capricho, le dejaría ganar todos. Si lo hacía, le daría la excusa a Lyndis de flojear cuanto quisiera e imponer su voluntad. Algo le dijo que quedaría como una sumisa ante la chica ogro. Y Hakuto tiene que darse a respetar, ¿No?
Ranko suspiró.
—Mimirás cuando hayamos acabado. Arriba, Lyndis, o dejaré caer una patada sobre ti.
Ranko alzaría una pierna lo más alto posible, lista para dejarla caer cual guillotina sobre el vientre de la peliplateada. La luz de la luna la iluminaba su rostro sonrojado por el alcohol, y a Ranko se le hizo guapa.
"¡Ranko decidida! NO TE DISTRAIGAS, RANKO."
"¡No! ¡Ranko! ¡Lo hizo para molestarte! ¡No puede quedarse así! Pero está asueñada e intoxicada... No podría pelear contra alguien así... ¡Con más razón! ¡Para que sude el alcohol! Pero está cansada... ¡Te engaña! ¡Ya viste que miente con facilidad! Ay, pero quiere... Quiere mimir... ¿Qué tal que se desvela y mañana no tiene energía para continuar? ¡Pues problema suyo! Somos un equipo... Somos..."
Sintió compasión, y su corazón se arrugó levemente. Sin embargo, un pensamiento le surcó la mente.
Algo le dijo que si cedía en ese momento, si dejaba a Lyndis ganar ese pequeño capricho, le dejaría ganar todos. Si lo hacía, le daría la excusa a Lyndis de flojear cuanto quisiera e imponer su voluntad. Algo le dijo que quedaría como una sumisa ante la chica ogro. Y Hakuto tiene que darse a respetar, ¿No?
Ranko suspiró.
—Mimirás cuando hayamos acabado. Arriba, Lyndis, o dejaré caer una patada sobre ti.
Ranko alzaría una pierna lo más alto posible, lista para dejarla caer cual guillotina sobre el vientre de la peliplateada. La luz de la luna la iluminaba su rostro sonrojado por el alcohol, y a Ranko se le hizo guapa.
"¡Ranko decidida! NO TE DISTRAIGAS, RANKO."
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