10/08/2021, 12:34
En su opinión, Hada mostraba una actitud demasiado alegre para el tema que estaban tratando. Daruu arrugó la nariz inconscientemente mientras sus compañeros hablaban.
—...el niño está a salvo —añadió Daruu, para aclarar el relato de Eri—. Sobre la cueva, deberíamos derrumbar la entrada, sino toda la maldita cueva. Ese monstruo no es el único de su especie. —Daruu bajó la cabeza y se apoyó las manos en la frente—. Durante otra misión, en el Cementerio del Gobi, yo y mi... —«Rōga...»—. Nos encontramos con un grupo de cultistas. Consiguieron resucitar a un... shinigami. —Hizo una pequeña pausa—. Podéis creerme o no, pero ese espíritu me poseyó y casi no lo cuento. Y parece ser que ahora anda haciendo algo similar con más gente.
»Aunque ese parecía más bien uno de los cultistas. Chicos. Necesito que estéis alerta. Y que notifiquéis a Uzushio y a Kusa que hay otro enemigo prioritario suelto. —Hablaba más para sus compañeros que para Hada—. Shiro Shinigami, el Purgador. Me resulta curioso...
Dirigió la vista hacia Hada.
»Dado que este es un tema de relevancia internacional, voy a solicitar ahora su colaboración. Cuando este... ser... resucitó, no paraba de repetir que éramos indignos, por ser mercenarios, por ser asesinos... pero su subordinado estaba matando gente aparentemente inocente. Niños. Un anciano —explicó Daruu, haciéndose entender con las manos—. Es algo que no termina de cuadrarme. Ese espíritu hablaba de purificar el mundo de gente indigna, y con los shinobi puedo llegar a entenderlo. Pero antes de poseerme a mí por accidente, trató de hacerlo con una niña por considerarla pura, inocente.
»¿Qué tendría en común esta gente para necesitar ser "purificada"? —declaró Daruu—. ¿Era un sirviente fiel del Purgador, o un loco al que sus poderes legados se le habían subido a la cabeza?