12/08/2021, 20:20
La respuesta de la chica fue forzada, pero al fin y al cabo, siempre pasaba lo mismo. Dar las condolencias era algo que el chico tampoco sabía hacer, y eso que sí que había perdido a gente en su vida. A veces, no era la falta de humanidad o empatía, si no simplemente el miedo a suponer que podías entender el sufrimiento y el dolor por el que la persona estaba pasando.
El marionetista hizo un gesto de mano, quitandole importancia.
— A viajar, de momento — comentó Juro, con una sonrisa cómplice —. Sé que suena extraño, pero cuando piensas durante toda tu vida que vas a hacer algo... y ese algo de repente desaparece, te sientes perdido. Y a veces un pequeño pueblo es demasiado estrecho para ti. Por eso decidí irme.
» Puede que parezca que esté huyendo de mis problemas, pero me gusta pensar que estoy tratando de encontrarme a mí mismo. Ver lugares distintos, conocer personas interesantes, buscar mi vocación... Siempre hay tiempo para echar raíces en un sitio cuando estás conforme, ¿no crees?
En realidad, parte de esa vida era algo que Juro siempre había soñado. Él siempre había disfrutado de los viajes a otros lugares, aunque su fé y su corazón siempre residían en Kusagakure. Por eso siempre había viajado cada vez que se lo habían permitido, y le dolió tanto cuando se le impidió por su seguridad, en el momento en que Kurama apareció. Un conflicto emocional que ahora podía interpretar mejor.
Aun así, esa vida se le daba ahora, pero de una manera perversa y retorcida. Podía ir a donde quisiera y sin embargo no tenía un lugar al que llamar hogar. Era mucho más triste de lo que había imaginado.
El marionetista hizo un gesto de mano, quitandole importancia.
— A viajar, de momento — comentó Juro, con una sonrisa cómplice —. Sé que suena extraño, pero cuando piensas durante toda tu vida que vas a hacer algo... y ese algo de repente desaparece, te sientes perdido. Y a veces un pequeño pueblo es demasiado estrecho para ti. Por eso decidí irme.
» Puede que parezca que esté huyendo de mis problemas, pero me gusta pensar que estoy tratando de encontrarme a mí mismo. Ver lugares distintos, conocer personas interesantes, buscar mi vocación... Siempre hay tiempo para echar raíces en un sitio cuando estás conforme, ¿no crees?
En realidad, parte de esa vida era algo que Juro siempre había soñado. Él siempre había disfrutado de los viajes a otros lugares, aunque su fé y su corazón siempre residían en Kusagakure. Por eso siempre había viajado cada vez que se lo habían permitido, y le dolió tanto cuando se le impidió por su seguridad, en el momento en que Kurama apareció. Un conflicto emocional que ahora podía interpretar mejor.
Aun así, esa vida se le daba ahora, pero de una manera perversa y retorcida. Podía ir a donde quisiera y sin embargo no tenía un lugar al que llamar hogar. Era mucho más triste de lo que había imaginado.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60