13/08/2021, 22:06
Juro asintió, con aire distraído, a las palabras de la chica. Le habían recordado nuevamente a Katsue. Su hermana, en su día, había sido capaz de llevárselo a todos sus negocios por los alrededores del país, cuando Juro aún era un genin, porque no se fiaba de que pudiera viajar por sí mismo. Le había costado tanto ganarse su respeto...
—Eso es curioso, ¿No cree? — La chica captó la atención del marionetista nuevamente con sus palabras, mientras comenzaba a desplazarse, como si tuviera algún tipo de tic nervioso —. ¿Por qué los humanos quieren encontrarse a sí mismos en otros lados? Suena a una contradicción, pero es algo que he escuchado que muchos quieren hacer. ¿No había suficiente de usted en aquél pequeño pueblo? Ah, no quiero sonar grosera, es... Curiosidad.
Primero el chico sonrió. Intentó contenerse. Pero al final, no pudo evitar soltar una leve carcajada. Fueron solo unos segundos, pero era más de lo que se había reído en días.
« ¿Tan estúpido parece? » — se preguntó a sí mismo.
— Perdona. No te preocupes, Kūran-san. No estás siendo grosera — dijo el chico, recuperando la compostura —. En cierto modo, tienes razón. Buscarse a uno mismo parece algo muy misterioso y poético cuando se dice, pero quizá no tenga tanto significado como se cree. Hay gente que, conforme viaja, encuentra su vocación de manera espontánea, o descubre un lugar en el que quiere pasar el resto de sus días. Más que encontrarte, encuentras el camino que quieres recorrer a partir de ahora, ¿sabes?
» A veces, si vivimos en un mismo lugar toda nuestra vida, nos encasillamos muy fácilmente, porque pensamos que nuestro rol va a ser ese. Y a veces es cierto, pero en otras ocasiones, nos estamos perdiendo algo mayor porque nunca hemos dado el paso a descubrirlo. Incluso hay gente que no se siente cómoda y no encuentra su rol deseado hasta que no sale de su lugar de origen, como podría ser mi caso.
A veces, el camino lo elegías tú, y a veces, te lo imponían. El destino era complicado y bastante cruel. Pero no quería quejarse delante de la chica y, de todas formas, no serviría de mucho.
—Eso es curioso, ¿No cree? — La chica captó la atención del marionetista nuevamente con sus palabras, mientras comenzaba a desplazarse, como si tuviera algún tipo de tic nervioso —. ¿Por qué los humanos quieren encontrarse a sí mismos en otros lados? Suena a una contradicción, pero es algo que he escuchado que muchos quieren hacer. ¿No había suficiente de usted en aquél pequeño pueblo? Ah, no quiero sonar grosera, es... Curiosidad.
Primero el chico sonrió. Intentó contenerse. Pero al final, no pudo evitar soltar una leve carcajada. Fueron solo unos segundos, pero era más de lo que se había reído en días.
« ¿Tan estúpido parece? » — se preguntó a sí mismo.
— Perdona. No te preocupes, Kūran-san. No estás siendo grosera — dijo el chico, recuperando la compostura —. En cierto modo, tienes razón. Buscarse a uno mismo parece algo muy misterioso y poético cuando se dice, pero quizá no tenga tanto significado como se cree. Hay gente que, conforme viaja, encuentra su vocación de manera espontánea, o descubre un lugar en el que quiere pasar el resto de sus días. Más que encontrarte, encuentras el camino que quieres recorrer a partir de ahora, ¿sabes?
» A veces, si vivimos en un mismo lugar toda nuestra vida, nos encasillamos muy fácilmente, porque pensamos que nuestro rol va a ser ese. Y a veces es cierto, pero en otras ocasiones, nos estamos perdiendo algo mayor porque nunca hemos dado el paso a descubrirlo. Incluso hay gente que no se siente cómoda y no encuentra su rol deseado hasta que no sale de su lugar de origen, como podría ser mi caso.
A veces, el camino lo elegías tú, y a veces, te lo imponían. El destino era complicado y bastante cruel. Pero no quería quejarse delante de la chica y, de todas formas, no serviría de mucho.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60