14/08/2021, 02:38
¿Había algún dios de la fortuna? Porque al parecer se esforzaba en darle a Ranko las misiones que menos le pegaban. Recoger hierbas, enseñar a un niño, entregar comida… ¿Dónde estaban las misiones de proteger caravanas, o de dar caza a los villanos? Tal era la vida del genin, supuso ella. Si quería mejores misiones, tenía que escalar en los rangos, ¿No?
Ranko suspiró mientras daba un sorbo más de su taza de chocolate caliente. Le habían colocado como guardia de la puerta de Kusagakure, temporalmente, al menos. Aunque toda la tarde fue mirar al puente y ver caer la nieve, pues ese día prácticamente no hubo tránsito ni hacia ni desde la aldea.
Esta vez se alegraba bastante de que su madre estuviese pendiente de su misión, pues le había encargado a algún sirviente que le llevara bebida y bocadillos cada tanto a la kunoichi. Mirar el humo elevarse desde su taza, o el vapor salir de su boca, era más entretenido que vigilar el puente.
Además, ¿Qué podría ver? Su vista apenas alcanzaba el otro extremo del puente con dificultad, gracias a la intensa nevada, así como a la tarde que lentamente daba lugar a la noche. Caminó al otro lado de la puerta. Portaba gruesos pero elásticos pantalones oscuros, una abrigada blusa de manga larga verde, un chaleco color lima, y una bufanda amarilla.
"Tal vez debería de entrenar un poco, para quitarme lo aburrida. Hubiese invitado a Meme, para charlar un rato. No, posiblemente se resfriaría con facilidad. Le hubiese comentado a Lyndis, entonces, ella… Ella habría estado contenta de acompañarme, aunque creo que se habría aburrido el doble de rápido que yo. Podríamos haber entrenado juntas, entonces. Sí, eso sería… eso sería divertido."
Cuando bebió de nuevo, su rubor se debía más a la cálida imagen de su compañera peliplateada que conjuraba en su mente, y no a la bebida que disfrutaba.
Si hubiese un dios de la fortuna, ¿Permitiría que Hakuto se aburriese tanto?
Ranko suspiró mientras daba un sorbo más de su taza de chocolate caliente. Le habían colocado como guardia de la puerta de Kusagakure, temporalmente, al menos. Aunque toda la tarde fue mirar al puente y ver caer la nieve, pues ese día prácticamente no hubo tránsito ni hacia ni desde la aldea.
Esta vez se alegraba bastante de que su madre estuviese pendiente de su misión, pues le había encargado a algún sirviente que le llevara bebida y bocadillos cada tanto a la kunoichi. Mirar el humo elevarse desde su taza, o el vapor salir de su boca, era más entretenido que vigilar el puente.
Además, ¿Qué podría ver? Su vista apenas alcanzaba el otro extremo del puente con dificultad, gracias a la intensa nevada, así como a la tarde que lentamente daba lugar a la noche. Caminó al otro lado de la puerta. Portaba gruesos pero elásticos pantalones oscuros, una abrigada blusa de manga larga verde, un chaleco color lima, y una bufanda amarilla.
"Tal vez debería de entrenar un poco, para quitarme lo aburrida. Hubiese invitado a Meme, para charlar un rato. No, posiblemente se resfriaría con facilidad. Le hubiese comentado a Lyndis, entonces, ella… Ella habría estado contenta de acompañarme, aunque creo que se habría aburrido el doble de rápido que yo. Podríamos haber entrenado juntas, entonces. Sí, eso sería… eso sería divertido."
Cuando bebió de nuevo, su rubor se debía más a la cálida imagen de su compañera peliplateada que conjuraba en su mente, y no a la bebida que disfrutaba.
Si hubiese un dios de la fortuna, ¿Permitiría que Hakuto se aburriese tanto?
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