18/08/2021, 17:17
El rostro de Zaide se contrajo por un instante, como si acabase de recibir una puñalada, cuando Ranko le recordó la masacre perpetrada en el torneo. Recuperó su fachada en seguida, no obstante, empujando tras una máscara de indiferencia el hervidero de rabia, vergüenza y arrepentimiento que sentía respecto a aquello. Si quería llevar a cabo su plan, no podía permitirse el lujo de mostrar tales cosas.
—Tú matas cuando te lo ordenan. —Era una afirmación—. Cuando lo hago yo, al menos tengo mis propios motivos.
—Tú matas cuando te lo ordenan. —Era una afirmación—. Cuando lo hago yo, al menos tengo mis propios motivos.